Gris

Tango

Yo fui purrete de potrero y arrabal,
de rango mishio, para bien o para mal,
el ancho cielo campaneando la inocencia
en la esquina amanecida
tras la noche del puñal.

Nací escuchando el taconeo sobrador
del compadraje dando lustre al callejón;
un cambalache de rocío y de milonga,
de glicina y conventillo
me pintó con su color.

Gris, como el gris del asfalto,
soy, sólo un cacho de ocaso,
chamuyo de gotán,
jirón de bandoneón
que estira sobre el río su canción.

Hoy, al final del camino,
soy, lo que quiso el destino:
hilacha de ciudad,
con la nostalgia en flor
en un suburbio gris del corazón.

Tengo los sueños impregnados de humedad,
descangayada la esperanza de cinchar,
pero te embroco Buenos Aires y en el cuore
un revuelo de gorriones
aletea una vez más.

De tus arterias soy destino y soy ayer,
soy tu bohemia, tu poesía, tu Gardel...
quiero morirme acariciando tus pedazos
y en el eco de tus pasos
una sombra siempre ser.