Mutante

Poema lunfardo

La rinoplastia fue por narigona,
porque tenía prominente el naso.
Con las lolas escasas, por si acaso
las podía enmendar: la silicona.

Como el trasero chato desentona
me la jugué sin grupo ni escolaso
y con la calma del que fuma un faso
me banqué el bisturí, lo más campeona.

Después me puse lentes de contacto
azules, verdes, según fuera el caso.
Y hoy me pulo la piel cada seis meses,

uso crema importada,-por el tacto-
y me siento una diosa del Parnaso
aunque viva batiendo estupideces.