No estamos solos

Poema lunfardo

A Norberto Ángel de Líbano Elorrieta

En una brisa que mueve una cortina
o en aquella mecedora que sin razón se mece
hay uno nuestro y sin que nadie rece
hay una oración en cada esquina.

No estamos solos. Que no te pese
la aparente quietud. Nunca mezquina,
aquel que amamos, ni escatima
signos de amor con que agradece

nuestro recuerdo. Por aquel salón umbrío
poblado de vivencias, nuestros hijos
corren y ríen. Y también el tío

que quedó soltero, y según colijo,
preso de algún cariño, igual al mío
por estas cuatro cosas, donde encontré cobijo.