Querida suegra

Poema lunfardo

Señora doña Romilda
"sargentoni de inflamable",
le extrañara de que hable,
pero su yerno respira
porque el aire se lo fían
en una estación de engrase.
Espere de que descanse...
¡no hablo hace quince días!...

El hombre nunca escarmienta,
mire, que se lo avisan
unos, con la sonrisa,
otros, que se lo cuentan,
los parientes que comentan,
las caras de los casados...
pero uno es obstinado
y el que la busca encuentra.

La culpo de alevosía,
y también de ensañamiento;
ya el día del casamiento
me dijo con ironía,
señalándome a María:
«No sabe lo que se lleva.»
-y si uno lo supiera-
¡qué hombre se casaría!...

¡Cómo tendría al finado,
a ese mártir de su esposo,
cuando el Todopoderoso
se lo sacó de su lado!...
Señora, yo me he casado
para vivir con María,
y usted firme todo el día,
dele franco a este soldado.

La noche que me casé,
por poco viene conmigo
si no le agarra el vahído.
¡Qué linda luna de miel!
Y después lo que aguante:
no podía vivir sola,
que el corazón, que se ahoga,
¡si la que ahoga es usted!...

Usted marca mis llegadas,
mis salidas a la calle,
no se le escapa un detalle;
me controla las pisadas,
despierta a la madrugada
no le gusta hacer la siesta,
y en lo mejor de una fiesta
me viene con la puntada.

Su hija, pobre María,
se aflige y no dice nada;
usted la tiene aplastada,
ella, quiere ser más mía.
Cocinar lo que le pida,
qué importa que no este a punto
y comer juntos bien juntos,
y sacarnos la comida...

Darle un beso por sorpresa,
y si la agarro, la estrujo,
que me diga: «Sos un bruto,
no tenés delicadeza.»
Para usted serán torpezas,
pero... usted ya lo hizo antes,
la moral se pone guantes,
cuando pasa los cincuenta...

Porque usted, sin ser viejita,
yo sé que le falta algo
para olvidar el lumbago,
y el hígado que la irrita.
Es una cosa chiquita
que reparten las cigüeñas
y transforman a las suegras
en las dulces abuelitas...

¡Qué cosas tiene el Destino:
de una suegra guerrera
a una abuela que chochea
y hasta llora, sin motivo!...
Qué sorpresa que le dimos
¡Usted no se lo esperaba!...
Y yo... qué cosa más rara
¡Ni sé como hacer el nido!...