iolinista, pianista, compositor y director. Extraordinario valor de nuestra música popular, no muy bien ponderado, que desde su niñez mostró grandes cualidades escribiéndole los primeros tangos a Vicente Greco y otros famosos compositores.

Enrique Saborido, el pianista autor de los inolvidables tangos “Felicia” y “La morocha”, se va a Europa en 1913 a lucir sus condiciones de bailarín de tangos (fue uno de los mejores que tuvo el baile porteño), y lo lleva como pianista; al compás de los tangos que arranca su teclado, Saborido enseña a bailar la danza nuestra en los salones parisiens. Fueron estos dos grandes maestros de los primeros en llevar el tango a París, ciudad que se vio envuelta a su ritmo tiempo después. («Nosotros fuimos los primeros introductores del tango en París», dijo para un reportaje que le hiciera Caras y Caretas, en 1928).

Amberes, Bruselas, Londres y otras ciudades europeas también los conocieron. Al volver en 1915 formó orquesta grabando en discos Victor, marca en la que también imprimió buenos tangos a dúo de piano y violín con Ferrazzano en 1922.

El teatro lo reclama y en el Nacional pone música a buenas obras: Milonguita, de Samuel Linnig en 1922; Puente Alsina del mismo autor en 1925: La sangre de las guitarras, de Vicente G. Retta y Carlos Max Viale en 1929.

En el año 1931, decidió realizar una gira por Europa, tocando Brasil y Marruecos, con una orquesta, entre cuyos integrantes se contaba como cantor Alfredo Marino, el autor de “El ciruja”. Disuelta la orquesta ancló en la península ibérica repartiendo sus actuaciones entre España y Portugal. En el país lusitano pone música a una película, Pan nuestro, e interviene en la misma. Ejerce el profesorado musical y actúa en diversos lugares, luego de realizar giras a otros países, hasta que le sorprende allí la muerte.

Para el tango escribió páginas hermosas como también aires camperos y valses; citaremos primeramente las que le grabó su amigo Carlos Gardel: “La cautiva” (Pedro Numa Córdoba); “Maniquí” (Enrique Dizeo); “A la luz del candil” (Julio Navarrine); “Sólo se quiere una vez” (Claudio Frollo); “La virgen del perdón” (Retta-Viale) y “Por el camino (Zamba del boyero)” (campera, Benjamín Tagle Lara).

Además Manolita Poli le creó en el teatro Nacional, los tangos “Melenita de oro” (Linnig), y “Campana de plata”, con el mismo autor; Azucena Maizani le hizo famoso “Andate con la otra” (Enrique Dizeo) y diversas orquestas le grabaron “Cardillo”, “Pomona”, “Cadetes chilenos”, “Serpentinas”, “Melancólica casita”, “Mascarón de proa”, “Triste visión”, “¡Ríase!”, “La tardecita”, “Pura pinta”, “El enigma”, “Humberto de Saboya”, “Buena mano”, “Alhambra”, “Acordes”, “Viejo poncho”, el vals “Marisabel”; en España compuso “Campanita de oro” (vals) y “La huerfanita” (tango).

Aquel Caballero cantor que se llamó Ignacio Corsini le registra “La traición”, “Por el camino (Zamba del boyero)”, “Siempre amigos”, “Como lloran los zorzales”, “La tropilla [b]”, “Pillería”, “Huella... huella!”, “Acordes”, “La virgen del perdón”, “Andate con la otra”, “La tardecita”, “Melancólica casita”, “Mi cabaio baio”, y algunas más; este inolvidable cantor fue en realidad el creador de su obra.

La mayoría de estas obras llevan letras de Benjamín Tagle Lara, otras de Enrique Dizeo, Salvador Riese; Claudio Frollo, Gerardo Alcázar, Retta-Viale, Novillo Quiroga, con quienes publica “La preguntona”, “Mi ha gayeteao”, “La güeya 'e los porrasos”, “Oros, espadas, copas y bastos”, “Gualicho di amor”, “El porfiao”, “El bolsaso”, “El craido”, “Unas qui otras”, “Facón viejo y puntiagudo” (grabó el dúo Ruiz-Acuña); “Canción tucumana”, “Siguiendo las estrellas” (grabadas por Magaldi-Noda). Secundó a Rosita Quiroga en sus comienzos en discos.

Carlos Vicente Geroni Flores nació en Buenos Aires (centro) el 22 de marzo de 1895 y falleció en Lisboa (Portugal) el 22 de junio de 1953.