Por
Ricardo García Blaya

ació en Junín, Provincia de Buenos Aires. Mientras pienso esta semblanza, lo escucho y me recuerda las voces de los años cuarenta, no sólo por su media voz, especialmente por su fraseo simple y delicado, sin hesitaciones ni recursos rimbombantes. Su versión de “Los mareados”, con la orquesta de Alfredo De Angelis -tango que por repetido en los repertorios resulta un desafío-, es excelente. Su registro de barítono con pasajes atenorados, su buena dicción y afinación, lo convierten en un cantor muy interesante.

Comenzó a cantar muy joven acompañándose de su guitarra, temas folclóricos alternando con algunos tangos. A los dieciocho años, se convirtió en cantor de tangos en agrupaciones locales, destacándose su labor en el conjunto Autango, dirigido por Carlos Buono, también nativo de Junín.

En febrero de 1972 participó en el concurso de la Octava Fiesta Nacional del Tango en La Falda (Córdoba), donde obtuvo el segundo puesto. Un año más tarde se presentó en un concurso organizado por Grandes valores del tango, de Canal 9 de Buenos Aires, conducido por Juan Carlos Thorry. Pero se retiró del certamen porque fue contratado por José Basso con quien debutó el 7 de junio de 1974.

Con permiso del director hizo una gira por Chile, con el trío integrado por Leopoldo Federico, Osvaldo Berlingieri y Fernando Cabarcos y, luego, con el propio Basso, presentándose en varios escenarios de Santiago y de Valparaíso. De regreso a Buenos Aires, actuaron en los Canales 7, 9, 11 y 13 de televisión, en las radios Belgrano y El Mundo, y en Caño 14.

Llegó al disco en 1975, junto a la orquesta de Luis Stazo en una producción de Ben Molar para el sello Fermata, estrenando el tango de Cátulo Castillo y Julio De CaroA mi violín corneta”, en un disco de larga duración en homenaje al maestro De Caro, llamado 14 de Julio De Caro. En enero de ese mismo año ingresó al elenco de El Rincón de los Artistas donde compartió escenario con: Nelly Omar, Roberto Goyeneche, Héctor Maure, Charlo, Jorge Durán, Roberto Florio, Jorge Casal, Jorge Valdez, Osvaldo Ribó, Alberto Podestá, Jorge Vidal, entre otros consagrados.

En febrero de 1976, ya ido de la orquesta de Basso, realizó una gira que abarcó todo el sur argentino, reincorporándose a su vuelta a El Rincón de los Artistas, donde trabajó hasta mediados de 1983, período en el cual alternó sus actuaciones en El Viejo Almacén, Michelangelo y Vos Tango.

Con su colega Hugo Marcel y el trío de Armando Cupo, viajó a Brasil como solista, para actuar en el Club Monte Líbano, de São Paulo.

En enero de 1978, debutó con la orquesta de Donato Racciatti, con quien permaneció ocho meses y grabó para el sello Philips el disco: Tangueando con Racciatti. Luego, como solista, hace algunos registros con el acompañamiento de Jorge Dragone para el sello Fonoral (1980). Ese año, vuelve a ser convocado por Canal 9 para cantar en Grandes valores de hoy y de siempre, con la conducción de Silvio Soldán.

Dos años después ingresó a la orquesta de Alfredo De Angelis y participó en los dos últimos discos del maestro, en CBS-Columbia, Bodas de oro con el tango (1982) y La piel de Buenos Aires (1983), destacándose su voz en “Los mareados”, “Gricel”, “La piel de Buenos Aires”, “Mi yerutí” entre otros. Asimismo, actuaron en Canal 7 y en el Tango Club de Radio El Mundo, en bailes, shows y realizaron una gira por Uruguay que finalizó con una actuación en el teatro Solís de Montevideo.

Desvinculado de la orquesta de De Angelis, comienza una etapa increíble que llevará al cantor a recorrer América, Estados Unidos y parte de Europa. En julio de 1983, fue convocado a Colombia, para cantar en la inauguración de El Viejo Almacén de Medellín. Contratado por dos meses se quedó cuatro años, presentándose en los más importantes teatros de Bogotá, Cali, Manizales y otras ciudades del país. También cantó en programas de televisión y grabó un larga duración para el sello Discos Fuentes, titulado Me llaman señor y un simple, para el sello Unifón.

En enero de 1987, se radicó en Nueva York y trabajó allí durante varios años, en distintos centros nocturnos de La Gran Manzana y en Pennsylvania, New Jersey, Connecticut, Rhode Island. También, cantó en Boston, Las Vegas, Los Ángeles, Miami, Carolina del Norte y Washington.

Durante dos años trabajó para una empresa encargada de los espectáculos en las cadenas de hoteles Sheraton, Holiday Inn, Days Inn e Intercontinental, lo que le permitió actuar frecuentemente en Centro América, México y Canadá.

En Nueva York, se presentó en el Lincoln Center (1989), representando a la Argentina en un festival organizado para la Fundación Julio Cortázar. Al año siguiente realizó una temporada en el Teatro Thalia con la revista titulada Tango y folklore argentino. Y, el 10 de noviembre de 2001, actuó en el Carnegie Hall, en el espectáculo Horacio Laguna’s Guitartango.

En 2002 el sello neoyorquino BLM Record recopiló temas ya grabados en distintos países en un compacto llamado Un vals para mamá, y luego un segundo disco, grabado totalmente en Nueva York, que tituló De la mano del buen tango.

En total fueron veintidós los años en que residió en el exterior, cuatro en Colombia y dieciocho en los Estados Unidos. A su regreso, en 2005, se radicó en su ciudad natal y reaparece en el Primer Festival Nacional del Tango de Junín, repitiendo presentaciones, en posteriores versiones del mismo, hasta el 2012.

En el año 2009, hiso una gira que se inició en Miami (Estados Unidos) y siguió por Piacenza y Parma (Italia) y finalizó en Londres (Inglaterra).

Es autor de varios temas, algunos en colaboración con Andrés Lazzaro, entre ellos: “No hagas trampas”, “Viejo billar de boliche”, “Me llaman señor”, “Si echo buena”, “Bien de onda”, “Para vos tachero”, “Desclavate las manos” (tangos), “A las hermanas menores” (milonga). De estas páginas registró dos, “Me llaman señor” y “No hagas trampas”, para el Sello Fonoral de Argentina (1980), que fueron reditados por Discos Fuentes de Colombia (1984). El Sexteto Tango, con la voz de Jorge Mariano, le grabó “Me llaman señor” y Jorge Vidal hizo lo propio con “Bien de onda”.

Además realizó composiciones con Jorge Moreira, en colaboración con otras figuras: “Fue cosa de Dios” con Francisco Rotundo, “No quisiste mentir” con Daniel Aste (valses), “Porque quisiste ser bueno” con Elsa Rivas, “No nos podemos mentir” con Carlos Paiva, “Yo no quiero hacerte mal” con Alberto Rivas.

Después de este recorrido, tengo la convicción que Marcelo con esfuerzo y talento, llevó el tango por el mundo, logrando el éxito y el aplauso lejos de su tierra. Su paso por Basso y De Angelis fueron importantes, pero mucho más fue su tarea en Colombia y en Norteamérica. Esta semblanza intenta simbolizar la bienvenida que merece en Todo Tango.