Ya ves y te fuiste

Tango

Envuelto en la sombra del triste recuerdo
que en mi alma ha dejado tu ausencia brutal,
hay veces que pienso si no es más que un sueño,
que me hayas pagado con tanta crueldad.
Si tus ojos me hablaban de cosas tan dulces,
tus besos me hicieron forjar un ideal.
Y todo, hasta el alma, me hubiera jugado,
que vos no podías dejar nuestro hogar.

Ya ves y te fuiste,
como una cualquiera,
y yo, lo que nunca,
me puse a llorar.
Si lo hice de rabia,
si lo hice de pena,
no sé, ni quisiera,
saberlo jamás.

Cegado ante el fuego fatal de tus ojos,
sin ver que ocultabas un frío puñal.
Con tiernas caricias y besos del alma,
pagabas tus besos, de falsa bondad.
Como una hermanita, muy buena y muy noble,
ideal compañera de mi soledad,
así te adoraba con ese respeto
que sólo una virgen me pudo inspirar.