Riendo

Tango 1940

Riendo voy por la vida,
riendo, siempre riendo...
Con esta risa fingida
que no es más
que una mentida alegría.
Por eso ríe mi boca
para ocultar mi dolor.

Yo ambicionaba
la ternura santa y buena
y la paz dulce y serena
del calor de una casita.
Pero la dicha
injustamente se alejaba
y en mi alma no quedaban
más que penas infinitas.

¡Riendo llora mi vida
con llanto de mil heridas!

Por eso, siempre,
cuando a solas me arrincono
siento un frío de abandono
que me aprieta el corazón.

Yo soy la queja perdida
de un alma que anda sin rumbo.
Es mi destino rodar, y nada más,
por los caminos del mundo.
Por eso río y me río.
¡Nunca han de verme llorar!