Hagamos un paréntesis

Milonga

No se abrume mi viejo,
dé su brazo a torcer.
Sepa que no han de volver
pa' joderle el pcilejo.
Pero júreme intentar
poderse armar de recuerdos;
ya más naides vive de ellos,
hoy se trata de olvidar.

Cuando abundan las penas
pocas manos existen.
Unos cuantos se visten
de alegrías ajenas.
Y porfiados como bueyes
si es que las papas nos queman,
barajando mil ideas
despilfarramos la suerte.

Vos sabés amigo mío
que la vida es infiel,
todo mal es para aquel
que lo tiene merecido.
Y nadie más que nosotros
por haber nacido ayer,
como herida del padecer
en el dolor de los otros.


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