Leñándola

Poema lunfardo

No hay como darle la biaba a la percanta
linusa
pa' que se amanse de pronto y se ponga a
gimotear
y le lampe todo el fajo con el vento. La
marrusa
es de seguros efectos para hacerla
encarrilar.
Después que el vento ha pasado al buraco
del dorima
éste ha sentido desprecio por la mina y
de un revés
la sacude contra el suelo y se la saca de
encima,
pero ella vuelve rendida para abrazarlo
otra vez.
La leña es santo remedio pa' curar a las
mañeras
y cuando se soba el lomo de la mina en
el ligar
no hay noción de ubicamiento en las
prácticas leñeras,
se la faja donde quiera y se trata de
no errar.
Enseñanza que me ha dado la experiencia,
compañeros,
a la grela hay que mostrarle que es
fortacho su gavión
y romperle la zabeca si se sale de sus
fueros
pa' que aprenda de memoria y no olvide
la lección.


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