Por
Roberto Selles

Cap Polonio - Historia del tango “Cap Polonio”

ap Polonio era el nombre de un barco que, entre otros viajecitos, realizó cruceros al Brasil y a la Patagonia allá por los años 20 del siglo pasado. Mientras amenizaba con su orquesta estos placenteros trayectos, Francisco Lomuto compuso a bordo “Nunca más” y “Tierra del Fuego”. Pero por aquellos días el vapor tenía ya su propio tango.

Lo había compuesto Adolfo Rosquellas y lo tituló, precisamente, “Cap Polonio”. Se cuenta que lo compuso a bordo de esa nave luego de haber oído a una señorita interpretar en el piano la zamba “La López Pereyra”, cuya melodía transcripta al dos por cuatro utilizó para la segunda parte.

El primero en divulgar por todo el país “La López Pereyra” fue Andrés Chazarreta, que la firmó en 1916, aunque pudo, haber sido compuesta por Artidorio Cresseri. Al menos este músico le dio tal título, al dedicarla, en Salta y en 1901, al juez Carlos López Pereyra. De todos modos, circula en el altiplano con diversos ritmos locales y también se la conoce como “El sapo y la comadreja”, tonada anónima.

Más allá del origen de la segunda parte, es asimismo conocida la anécdota según la cual la empresa propietaria del vapor agradeció al compositor con un viaje a Europa, lo que puede ser perfectamente cierto, ya que no invalida la historia que hemos narrado inicialmente.

Cierto o no, Rosquellas le tomó el gusto a los viajes, ya que estuvo en Francia, en 1926, y en 1927 se radicó en los Estados Unidos, donde organizó la Orquesta Pancho, nombre que respondía a su apodo y allí falleció.

Volviendo a “Cap Polonio”, recibió versos de Juan Andrés Caruso, que Ignacio Corsini llevó al disco: «Cuando en el Cap Polonio/ sentada en popa/ cruces el mar,/ el chocar de las olas/ de mis recuerdos/ te hablarán».

Cap Polonio” quedó como uno de los tres tangos más divulgados de su autor, junto a “Pura clase” y “Una pena”, éste con letra de Arturo Albert, que grabaron Carlos Gardel y Ángel Vargas.

Fue grabado en solo de piano por Enrique Delfino (1922), por Ignacio Corsini con guitarras (1922), por la orquesta de Francisco Lomuto (1927), por el trío de Ciriaco Ortiz (1948), por Los Tubatango dirigidos por Guillermo Inchausty (década del setenta).

Publicado en la sección Así nació, publicados en AHORA revista dominical del diario Crónica.