Por
José María Otero

Orquesta Los Señores del Tango

a historia muestra numerosos casos de orquestas que se formaron deshojándose de otra donde sus músicos estaban alojados. Sucedió, por ejemplo, cuando Juan Polito se fue con los músicos y cantor que actuaban con Juan D'Arienzo para formar conjunto propio. O los que se marcharon con Francisco Fiorentino del conjunto de Aníbal Troilo. El Sexteto Tango, escindido de Osvaldo Pugliese, y varios por el estilo.

Es también el caso de esta orquesta que, parafraseaban en su presentación, el rótulo en plural con el que se conocía a Carlos Di Sarli -El Señor del Tango-. Su nacimiento ocurrió en el mes de enero de 1956, cuando la mayoría de los integrantes de la orquesta del pianista bahiense decidieron enviar un telegrama de preaviso, con un mes de antelación, anunciando su desvinculación del conjunto.

Solo permanecieron junto a Di Sarli —que se vio obligado a conformar otro conjunto—, el violinista Simón Bajour, y el contrabajista Alfredo Sciarreta.



La nueva formación que se abría, incluía también a los dos cantores: Oscar Serpa y Mario Pomar. Y alternarían los siguientes músicos durante el tiempo en que permanecieron bajo el paraguas de esta nueva denominación: Federico Scorticati, Félix Verdi, Ángel Ramos, Luis Masturini, Héctor Moggio, Alberto Forte (bandoneones), Roberto Guisado, Bernardo Weber, Pedro Sapochnik, Daniel Goicoechea, Domingo Varela Conte, Claudio González, Alfredo Pérez, Ernesto Gianni (violines), Salvador Nicosia (piano), Hamlet Greco (contrabajo).

Eran momentos tristes porque el país estaba bajo una dictadura, tras la caída por un golpe militar del General Perón, en 1955, y el tango pasaba por un mal momento. Di Sarli seguía peleando pese al bajón sufrido y al decaimiento del tango, que atravesaba uno de esos baches estadísticos, siempre ninguneado por los políticos e intelectuales que lo despreciaron históricamente.

Los Señores del Tango debutan el 3 de febrero de 1956 en Radio Belgrano, se presentan en la Confitería Richmond y en la confitería bailable Dominó, lugares donde pasé buenos momentos de mi juventud.

También consiguen contratos para grabar en los sellos Music Hall y, más tarde, en RCA-Victor. Conservaron visiblemente el estilo disarliano, e incluso incluyeron en su repertorio varias páginas que tocaban con su anterior director, aunque intentaban darle algún pequeño matiz diferente.

Pero la promoción de otros ritmos por parte de las grabadoras y la nueva situación que atravesaba el tango, con la merma de trabajo, bailes y radios, hizo que esta orquesta se deshiciera en 1963, al cabo de siete años de trabajo, y cada uno de sus integrantes tomaran rumbos diferentes.