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Una charla con Gabriela Elena

os cuenta la cancionista Gabriela Elena: «Nací en Barracas, canto desde siempre, escribo letras y compongo música desde los 10 años. En mi disco Buenos Aires, tango y diván compuse doce obras en letra y música: tango, vals, milonga, habanera, murga, candombe.



«Elegir el tango fue algo natural. Cuando terminé la primaria, ya había revisado la abundante discografía de mi viejo. Ya tenía mis músicos preferidos: los escuchaba, los desgrababa y escribía las letras en un cuaderno. Pese a mi corta edad, la poesía del tango me parecía atractiva. Y entonces elegí el tango como mi ritmo natural.

«Empezaba el ocaso de las tanguerías. En los 70, al género se le vino la noche como al país, pero mi proceso era muy inicial. De todo lo que me llegaba, me interesaba el tango como la poesía más contundente. En esa época, los famosos eran Sandro, Palito Ortega o la vertiente de Los Gatos. Pero como modo de expresión, ya de chiquita, me atraía el tango. Hacía mi propia indagación sobre mi poesía... era como paralelo.

«Debuté profesionalmente en Bar Latino, compartiendo escenario con el Cuarteto Zupay, Rubén Rada y muchos artistas que llegaban empujando la democracia. En ese escenario de Bartolomé Mitre y Medrano me vio Lino Patalano, me llevó al Teatro Liceo para cantar en un delirante music-hall que se llamó Botas y votos. También inauguré con Lino el ciclo de artistas noveles de La Capilla, Concert & Gallery.

«Por esos años egresé de la Escuela Nacional de Arte Dramático con el título de Actriz Nacional. Entré a la actuación con la idea de incorporar una serie de recursos escénicos e intelectuales. La de actriz es una carrera que te forma ampliamente en lo teórico y entonces estudiar a los dramaturgos, a los pintores, a los músicos y al arte en general, es una forma de sumarle cosas a lo central: subir al escenario y cantar».

En Houston (Estados Unidos) actuó en Tango Nights, cortometraje de tangos y poemas de Kenneth Bailey, que recibió un premio en The Houston International Film Festival y que contaba con arreglos y bandoneón de Walter Ríos y el piano de Juan Alberto Pugliano.

Participó de la celebración del centenario del nacimiento de Jorge Luis Borges, con un repertorio completo de sus milongas. Se presentó en numerosos locales como el Torquato Tasso, Casa del Fondo Nacional de las Artes, Primer Festival de Tango Queer en Buenos Aires (Confitería La Ideal), La Trastienda, Auditorio de Radio Nacional, Centro Cultural San Martín, Hotel Castelar, Bar Iberia, Gato Negro, Malevaje Arte Club, Sanata Bar y muchísimos otros.

También la televisión contó con su presencia, en la señal Solo Tango y, acompañada por Horacio Avilano, presentó Para las seis cuerdas. En ese medio explotó otra de sus facetas, la de guionista, ella misma lo recuerda: «Ideé y escribí durante tres años el programa Afectos Especiales, con la conducción de Víctor Laplace, en el Canal 7 de Buenos Aires; en él rendimos homenaje a los artistas nacionales de todos los tiempos».

«Escribí muchos programas más, pero elijo un éxito con premio Martín Fierro, Argentores, Clarín, etc.: Resistiré (2004), por el canal Telefé, de Buenos Aires».

En efecto, en su rol de guionista obtuvo los premios Marín Fierro al Mejor Guión por Resistiré (2004), premio Argentores al Mejor Autor por Resistiré (2004) y premio Argentores al Mejor Autor por Caja Rodante (2011).



Su disco debut Buenos Aires, tango y diván, editado en 2008, cuenta con obras creadas por ella en música y letra, sobre eso reflexiona: «La lírica del género fue cambiando con la dinámica de la historia, pero también, a su vez, conserva tópicos atemporales. El tango tiene mucho que contar al amigo, al padre, a la madre, al barrio, a la ciudad, al dolor existencial. Son los temas que elegí, que son tópicos del tango, pero contados con la impronta de alguien que vive en la Buenos Aires de hoy. Ya por eso tienen, esencialmente, un barniz actual. Hay cierta melancolía, y también momentos de ironía bastante intensos, como algunos tangos de nuestros poetas cuando se ponían mordaces, como Discépolo. Esto hace que el disco sea clásico y moderno.

«Hoy, lo que está bien es sostener la belleza de lo clásico y, sobre eso, contar lo que pasa en música y letra. Digo, al tango no hay que ponerle palabras de la jerga actual sino, desde lo auténtico, hacer una letra que hable de cosas que pueden pegarse con el barrio de antes. No sirve buscar ser moderno, ya alcanza con ser auténticos y estar parados en esta Buenos Aires».


Basada en una entrevista de Cristian Vitale publicada en el periódico Página/12, el 1/4/2009 y en otras declaraciones publicadas en la internet.