Por
Luis Alposta
| Oscar Himschoot

Reseña de bailarines (Segunda parte)

ontinuamos la reseña de bailarines, iniciada en la Primera parte que publicamos en este mismo sitio.

El Chivo: y su hermano Melena.

El Cívico: Su nombre era Bautista Salvini; descendiente de italianos meridionales. Vivía con “La Moreira”, en la pieza número 15 del “Sarandí”, un conventillo situado al 1356 de la calle del mismo nombre y donde ocupaba algunas habitaciones la familia de Vicente Greco. Fue buen bailarín y un respetado y perfecto compadrito”.

El Flaco Alberto

El Flaco Alfredo Carozzi

El Flaco David: Era habitué del “Patria e Lavoro”, un salón de mala fama que estaba en Chile 1567.

El Flaco Enrique Costa

El Flaco Saúl: Un hacendado que supo destacarse entre los bailarines de la primera hora. Según “Viejo Tanguero”: «este bailarín, “aficionado de nombre”, era capaz de interpretar el tango en sus dos estilos: el original, vivo, complejo, lleno de figuras y de remeneos, de gran agilidad, fuerza y carácter, y el tango liso, que desarrollado en la época llamada de la Guardia Vieja, como necesidad ante la realidad de bailarinas incapaces de seguir a los creadores en aquél, se definió y terminó siendo el tango-baile o el estilo característico de bailar tango de la llamada Guardia Nueva, o “tango de cabaret”.»

El Francés

El Gallego Méndez (José Méndez): Bailaba con “La Cachito”. Se los conocía como Los Méndez.

El Guengue: Bailarín que supo tener su barra de entusiastas seguidores en Parque de los Patricios.

El Ingeniero Alcorta: Asiduo concurrente al cabaret Imperio -Suipacha y Lavalle-, donde comenzó a bailar con “La Cachito”. Eran conocidos como “Los Pampas”. El cabaret se cerró en 1939 por una muerte.

El Inglés Davidson

El Japonés Iturrioz

El Lento

El Macho

El Mixto: Era un pardo que se enharinaba la cara cuando iba a bailar. Se dice que llevó el tango orillero de la Avenida San Martín al centro. Héctor López lo definió como: «orillero, gambeteador, alto, de agraciada figura, de largas piernas que favorecía su desplazamiento y resaltaba su buena pinta».

El Nano: Bailaba muy bien la milonga y el tango canyengue. Se lo conocía también, como “El Nano de la Boca”. Fue muy amigo de El Cachafaz.

El Negro Alfredo (o el Negro Núñez, o El Sordo): Alfredo Núñez, el bailarín de los negros de Flores, era sordo. Su compañera de baile fue “La Peti”, esposa del compositor Bruno Ginochio. Estaba casado con la hija de Rosendo Mendizábal. Era hermanastro del bandoneonista “El Negro Machado”. Se lo conocía como “El Rey de los Negros”. Carmencita Calderón fue su última compañera. Se destacó como buen bailarín de tango canyengue y milonga.

El Negro Benguela

El Negro 48: Lo conoció Mayoral.

El Negro del Abasto

El Negro Galarza

El Negro Pedro: Solía hacer pareja con “La China Mauricia”.

El Negro Tajuaira

El Nene del Abasto: Era diariero. Tuvo su parada en Azcuénaga y Corrientes. Fue el único bailarín que dio la vuelta americana al revés, girando hacia la izquierda.

El Ñato Garbarino: «Dominador del tango orillero, bailarín de un tango depurado y de originales figuras». Así lo definió Héctor López en sus notas del diario “Clarín”.

El Ñato Reyes

El Pardo Santillán: Fue muy comentado el contrapunto que tuvo con El Cachafaz. Formaba pareja de baile con “La Parda Esther”. Organizaba los bailes del salón “San Martín” de la calle Rodríguez Peña.

El Pardo Sebastián

El Pendejo Echevarne (Carlos Kern): También conocido como “Carlos, El Inglés” o “El Ingresito”. Fue hombre de “María, La Vasca”. Supo bailar también, con “La Vasca Ernestina”. Bailaba muy bien el vals cruzado. Imponente varón de ojos claros, tranquilo siempre, pero eficaz a la hora de poner orden. Dicen que tenía aire de pesado, era de mano dura y se bastaba solo para contener al compadraje agresivo. Durante un tiempo organizó los bailes en Patria e Lavoro, en Chile 1567, un angosto salón, en el que era difícil contener los excesos de punguistas y alborotadores. Según testimonio de César Viale, terminó desempeñándose como ordenanza en el estudio jurídico del doctor Carlos Delcasse.

El Petiso Zabalita

El Pibe Colón: Buen bailarín de tango de salón y fantasía.

El Pibe Cristo: Según dicen, todo un maestro bailando tango fantasía.

El Pibe del Abasto (Roberto Grassi)

El Pibe Gascón: Fue discípulo de El Cachafaz. Figura entre los bailarines bacanes junto a Torres Agüero y Pereyra Lucena.

El Pibe Palermo (José María Baña): Bailaba con Norma Soto. Era hijo de otro conocido bailarín apodado “El Tarta”.

El Pibe San Telmo: Se llamaba Ángel Serini. Se destacó como bailarín canyengue.

El Picaflor del Norte

El Rusito Elías (Elías Borovsky)

El Ruso: Aparece mencionado en un procedimiento policial, en el que se le adjudica como compañera de baile a “Manuela, La Orientala”.

El Sordo Pablo: Gran bailarín de tango orillero.

El Tano Elegancia: Alrededor del año 1935 vivía con su compañera Lina, que era vitrolera en un café de Palermo, en un conventillo de la calle Gorriti, entre Bulnes y Sadi Carnot (hoy Mario Bravo). Solía presumir en su lenguaje cocoliche, que él era el primero, segundo El Cachafaz y tercero Tarila.

El Tano Ponce: Citado por Domingo Greco en sus memorias inéditas, como uno de los bailarines porteños más famosos en la época del novecientos.

El Tano Roque: Murió a los 90 años. En la película “Cabalgata del Tango” bailó con Carmencita Calderón. Era de Avellaneda.

El Tarta: Me dicen que era el padre del Pibe Palermo.

El Toto de Caballito: Bailarín que descolló en el tango de salón.

El Turco Juan Sarquis

El Turquito: Era zapatero en Villa Crespo.

Fait, Mario: Bailarín clásico y de fantasía. Integraba los espectáculos de Francisco Canaro.

Fernández, José: Después del veinte se fue a París con Pedro Lopresti, donde enseñaron a bailar el tango.

Filiberto, Juan “Mascarilla”: Padre del músico y compositor Juan de Dios Filiberto. Eximio bailarín de tangos de la primera época; natural y espontáneo creador. Propietario o administrador del “Bailetín El Palomar”, luego el “Tancredi” (c. 1882), recreo cercano a Suárez y Necochea, en pleno corazón de La Boca. Transcribimos parte de un reportaje de La Canción Porteña (Buenos Aires, 1963) en el que su hijo dice lo siguiente: «“Mi padre era alegre, un poco despreocupado de todas las cosas, pero simple y bueno, tenía la risa fácil y el humorismo brillaba en sus ojos y se escapaba de su boca casi sin que pudiera evitarlo. Cantaba con voz agradable de tenor y me gustaba escucharlo. Bailarín por naturaleza, de los mejores bailarines de tango boquense; su fama estaba bien reconocida. De acuerdo a su carácter se desenvolvía en los oficios más diferentes y contradictorios, desde propietario de bailetines a marinero, luchador o albañil. Era amigo y muchas veces también guardaespaldas de Pepe Fernández, caudillo de la Boca, el cual fue primero partidario de Mitre y luego del general Roca. Poseía una fuerza extraordinaria, actuando muchas veces en el circo Rafetto como luchador y levantador de pesas».

Firpo, Jorge

Freites: En la década del veinte supo tener su Escuela en la calle Rivadavia 1525.

García, David “El Pibe”

Gariboto, Atilio “Polenta”

Gianbuzzi, José “Tarila”: Vivía en Villa Urquiza, en la calle Pirán 6238. Se inició bailando en el club Sin Rumbo. Fue el primero en formar pareja de baile con Carmen Calderón y fue él quien se la presentó a El Cachafaz. Tuvo por breve tiempo una academia de baile cerca del Mercado de Abasto, en la calle Gallo. Era albañil. De él nos dice el Dr. León Benarós: «Rubio, macizo, bajo, tenía en su vejez un curioso parecido con Leopoldo Melo. Hablaba siempre de la elegancia que bailar el tango requiere, y despreciaba a los “calesiteros” que se limitaban a dar anodinas vueltas en la pista. El apodo de “Tarila” -nos explicó el mismo Giambuzzi-, deriva de la dificultad que tenía cuando niño, para pronunciar la palabra barrilete, al que llamaba “tafilete”. De ahí a la abreviatura no hubo más que un paso. El apodo terminó siéndole insustituible».
Carmencita Calderón dijo sobre él: «El Tarila bailaba muy bien pero aunque tenía el estilo superficialmente parecido al de Bianquet, en el fondo era muy diferente. Y la diferencia aparecía en los movimientos limpios, perfectos de El Cachafaz, en tanto que Tarila más bien se movía sin la elegancia nata de aquél. A ello debe agregarse que se achicaba aun más por la manía de agacharse un poco».

González, Ricardo “Mochila”: Bailarín, músico y compositor. Muy amigo de Eduardo Arolas, solía bailar en un conocido salón de Sáenz Peña y Garay.

Güiraldes, Ricardo: Escritor. Autor de “Don Segundo Sombra”. Nació en Buenos Aires el 13 de febrero de 1886; murió en París, el 8 de octubre de 1927. Sentó fama de buen bailarín. Fue uno de los primeros en introducir el tango bailable en Francia, donde realizó exhibiciones en el célebre salón de Madame Rezke.

Herrera, Carlos: Era de Balvanera. Bailaba con “La Gallega María”. Lo encontramos mencionado en la revista P.B.T. del 27 de septiembre de 1913, como participante de un concurso de tangos realizado en la Sociedad Sportiva.

Herrera, Juan Carlos: Bailarín. Fue profesor de baile del Plaza Hotel y le correspondió la difícil tarea de divulgar la práctica del tango de salón entre las damas y caballeros de la sociedad porteña de su época. Tuvo una Academia en Bartolomé Mitre 1282. Se recuerda su duelo con El Cachafaz.

Kalisay: Se llamaba Antonio Marino y fue un destacado bailarín de tango orillero y milonga.