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Por
Luis Alposta

Acerca del origen de Carlos Gardel

esudos historiadores aseguran que Homero, no el de Añatuya sino el griego, hizo su entrada en este mundo por Quíos, aunque, en la antigüedad fueron ocho las ciudades que se disputaron el honor de haber sido su cuna. A Gardel sólo se le atribuyeron dos, y eso fue suficiente para desatar mares de tinta, incluyendo conferencias, mesas redondas, congresos, reuniones seminarizadas y simposios.

De haberse consultado al Oráculo de Delfos (que, por otra parte, es lo único que ha dejado de hacerse), la Pitia, seguramente, con la habitual ambigüedad de sus respuestas hubiese contestado que “Carlos Gardel nació en una ciudad cuyo nombre comienza con T”. Y no se hubiese equivocado.

Sobre este tema, un trabajo investigativo tan serio como esclarecedor lo encontramos en el libro “Carlos Gardel - sus antecedentes franceses”, de Juan Carlos Esteban, Monique Ruffié de Saint-Blancat y Georges Galopa (Editorial Corregidor, Buenos Aires, 2006, 253 páginas). Un trabajo realizado con rigor histórico, cuidada metodología y una precisa documentación que, sin necesidad ni pretensión de defender tesis alguna, contribuye a despejar dudas y a jerarquizar el acervo bio-bibliográfico de Carlos Gardel.

Documentación fehaciente y hasta ahora inédita, con pruebas documentales de origen irreprochable, es la que se encuentra en este libro. En sus páginas, la objetividad, la seriedad en el tratamiento y la claridad en la exposición son una constante.

Juan Carlos Esteban, Monique Ruffié de Saint-Blancat y Georges Galopa, sólo se han propuesto mostrar la verdad histórica sobre el origen del querido Zorzal.

Los fríos, desapasionados y simples documentos que se exhiben en este libro son los que hablan: Charles Romuald Gardes, futuro Carlos Gardel, nació el 11 de diciembre de 1890 en el hospital La Grave, de la ciudad cuyo nombre empieza con “T”.