Por
Roberto Selles

Griseta - "Griseta" y la literatura francesa

arís fue, durante mucho tiempo, la meta de todo porteño. Ha de haber sido por eso que no pocos de los tangos de Enrique Delfino están relacionados con Francia: “Belgique”, “Sans souci”, “Très sympathique”, “Frivolite”, “Francesita” y “Griseta”.

Con este último se inicia el denominado tango-romanza, es decir el inspirado en las viejas romanzas, arias italianas de carácter sencillo y tierno. Se trata de tangos de características melódicas, sin rastros del típico canyengue, y con una técnica musical más elevada que la que comúnmente aparece en el género.

Eso era, precisamente, el aire que convenía para una letra que hablaba de aquella «francesita/ que trajiste pizpireta,/ sentimental y coqueta,/ la poesía del quartier». Una letra que, como su música ya no tenía arrestos compadritos y sí una clara identidad romántica.

Esos versos fueron escritos por José González Castillo, un hombre que, cuando muy joven, había oído el canto de famosos payadores (José Betinotti, Ambrosio Ríos, Federico Curlando y otros) que se reunían en la peluquería donde trabajaba. Pero su cultura iba más allá de aquellas rimas espontáneas que dejaron su estela en sus poemas iniciales.

Para entonces, González Castillo ya había devorado ávidamente a los grandes de la novelística francesa y los personajes de tales obras reaparecían insólitamente en las estrofas de “Griseta”: Museta, Mimí y Rodolfo Schaunard, protagonistas de la novela Escenas de la vida de bohemia, de Henri Murger, que también inspirarían a Verdi en su ópera La traviata. También encontramos a Des Grieux y Manón, de la obra de Marcel Prevost Histora del caballero Des Grieux y Manon Lescaut y a Margarita Gauthier y Armando Duval, la célebre pareja de La dama de las camelias, de Alejandro Dumas (hijo).

Griseta (castellanización del francés grisette) era el nombre dado a las costureras y obreras, a causa de cierta tela gris, floreada, que vestían. «Pero esas muchachas —aclara José Gobello— debían ser bastante ligeritas, porque en el siglo XIX se llamaba grisettes a las jóvenes burguesas que se dejaban galantear fácilmente». Tal como la protagonista del tango.

El tango fue estrenado por Raúl Laborde en el sainete de Mario Rada Hoy transmite Ratti Cultura, que representaba en el Teatro Sarmiento la compañía de César Ratti, el 27 de octubre de 1924. El título debe haber desconcertado a más de un porteño ya que el apellido Ratti substituía la palabra radio.

Gardel lo grabó ese mismo año y también lo hizo Ignacio Corsini, en una versión muy original, donde el estribillo lo hace en falsete.


Grabaciones del tango “Griseta

Conjunto Alfredo Moreno —Los Solistas—, Instrumental.
Cuarteto Jose Colángelo, Instrumental.
Cuarteto Reynaldo Nichele, Instrumental.
Orquesta Atilio Stampone, Néstor Fabián.
Orquesta Osvaldo Berlingieri, Instrumental.
Solo de órgano de Mito Garcia, Instrumental.
Solo de piano de Néstor D'Alessandro, Instrumental.
Guitarras de Barbieri y Ricardo, Carlos Gardel, 1924.
Orquesta Francisco Canaro, Instrumental, 1927.
Solo de piano de Enrique Delfino, Instrumental, 1927.
Solo de piano de Luis Visca, Instrumental, 1928.
Ignacio Corsini , con guitarras de Maciel, Pages y Pesoa, 1931.
Orquesta Rodolfo Biagi, Andrés Falgás, 1939.
Orquesta Carlos Di Sarli, Roberto Rufino, 1941.
Orquesta Osvaldo Fresedo, Instrumental, 1944.
Orquesta Francisco Canaro, Mario Alonso, 1953.
Cuarteto Los Poetas Del Tango, Instrumental, 1955.
Enzo Valentino, con orquesta, 1956.
Héctor Pacheco, con orq. Dir: Carlos Garcia, 1957.
Orquesta Los Astros Del Tango Dir: Argentino Galván, Instrumental, 1958.
Orquesta Héctor Artola, Jorge Vidal, 1962.
Dúo de guit. Roberto Grela-Edmundo Zaldivar, Instrumental, 1964.
Cuarteto San Telmo Federico-Grela, Instrumental, 1966.
Orquesta Astor Piazzolla, Instrumental, 1967.
Cuarteto Ernesto Baffa, Instrumental, 1970.
Solo de piano de Enrique Delfino