Alas rojas

Milonga

En distante geografía
con un sueño de igualdad,
luchó por la libertad
con su ideal como guía.
Aferrado a la porfía
que pugnaba en su interior,
se atrevió ante el opresor
junto a indómitos cubanos,
que dejaron en sus manos
su destino y su valor.

En la selva rumorosa
su consigna era ¡avancemos!
y al afirmar “Venceremos”
se tornaba victoriosa.
La marcha iba sigilosa
y en los puños apretados,
los derroteros marcados
espantaban a la muerte,
que jugaba con la suerte
de los pasos denodados.

Comandante, le debía
un recuerdo a su perfil
y a ese mechón varonil
al que la boina cubría.
Cuando regrese algún día
hallará que no hubo olvido,
que perdura en el latido
del corazón militante,
que lleva siempre adelante
a todo obrero oprimido.

Por cada joven que abrace
la justicia como opción,
habrá una revolución
y un anhelo que renace.
Será la historia quien trace
su figura fiel y clara,
que en Pueblo Higuera quedara
en manos del homicida
que le segara la vida
Comandante, Che Guevara.