Canero

Poema lunfardo

De enguaridar ortivas de la yuta
te hiciste sucursal de taquería.
Vos, que fuiste chelibo de avería,
enganche del cafiolo y de la puta.

Vengo a morir en vos y se me enluta
el cuore, que hace un rato se reía.
Siempre sos para mí como el gomía
que al Sócrates le diera la cicuta.

Tus mesas, favoritas de los ranas,
gastadas por los naipes y los dados,
aguantan a pulastros batilanas.

Tu mugre y mi dolor, entreverados,
en el orden del día de los canas,
de bronca, alguna vez, serán citados.