El desconcierto

Tango

Con angustiosos ruegos grite tu nombre amado,
gemí desesperado en mi desolación,
revuelvo los recuerdos rastreo en mi pasado,
y aun dudo que sea cierto, que no tendré tu amor,
sin esperar te espero, como los que se mueren,
esperar, el milagro, que los hará alentar,
aunque se que me engaño, las cosas que se pierden,
se pierden para siempre, no se recobran más.

Todavía te quiero
todavía mi amor,
implorante te busco
por llegar hasta vos.
Si yo siento que nunca
despertara el ayer
aferrado a mi angustia
con mi amor moriré.

Que cruel la certidumbre de mi alma sin consuelo,
que fría la crudeza desnuda del dolor.
Mi inútil esperanza asida a un espejismo,
me nuestra cosas bellas espectros de ilusión.
Los años implacables dos pinceladas blancas.
Pondrán sobre mis sienes, la marca del dolor,
plateadas cicatrices, cicatrices del alma,
que dirán cuanto ha sido lo que sufrí por vos.