ra más conocido por su sobrenombre que le venía de cuando su padre, un calabrés austero, tenía tambo por Parque Patricios y él era el que repartía la leche. Así entre leche y repartos fue modulando su espíritu musical aprendiendo primero guitarra y después bandoneón, como pudo, para perfeccionarse bajo la tutela del famoso maestro Arturo Lavieja, cuyo nombre verdadero era José Arturo Severino, autor del tango “La bicoca”, con quien debutó en el Salón Worward, en el año 1915.

Otros fueron los conjuntos que integró hasta llegar al de Roberto Firpo por el año 20 más o menos en reemplazo de Bachicha y teniendo de ladero a José Schumacher. Al dejar a Firpo, con quien estuvo varios años, actuó con De Caro y formó su propia orquesta. Amenizó las veladas del Real Cine por mucho tiempo, contando allí con el concurso de los vocalistas Pedro Lauga y Alberto Richard hasta 1929 que lo reemplazó el mismo De Caro.

Grabó en discos Víctor con la misma y aún se recuerdan aquellas versiones con su estilo tan particular. La radio también lo contó entre sus animadores.

Como compositor dio muy buenas pruebas de hacer las cosas bien, aunque sus primeras músicas se perdieron, quedaron empero muestras de su gran capacidad en “El gaitero”, pasodoble; “Mi piba”, “Miniatura”, “Uno menos”, “Dólar”, “Tito”, “Placer y lujo”, “Pa' que veas”, “Esperando estoy”, “Mucho corazón”, “No vuelvas a mentir”, “Linda estampa”, “Dempsey”, “Desde piba”, “Linda uruguayita”, “Alma triste”, “La milonga celestial”, milonga; “Río revuelto”, “Pobre piba”, y los que le grabó su amigo Carlitos Gardel: “Coquetita” con letra de Enrique Iacobelli y colaboración musical de Rafael Giovinazzi; “Muñeca de carne” con versos de Antonio Capone y “Tarde gris” con letra de Luis Rubistein.

A propósito, conoció al cantor antes de tocar con Firpo, pero cuando con éste actuó en el Teatro Casino se consolidó entre ambos una amistad que pocos años después, en tiempos del Café Los 36 Billares, punto de reunión de gente del ambiente, era lugar obligado de sus citas, que muy pasada la madrugada, casi diariamente, se convertían en carreras pedrestres de dos o tres cuadras por plena calle Corrientes conjuntamente con el agente de policía de facción en la esquina, de quien habíanse hecho buenos amigos. A veces el agente enojábase por alguna cachada subida del cantor o del músico y entonces la carrera se convertía en una prueba de alta velocidad. Esas carreras duraron unos cuantos meses, entre el regocijo de ambos y los amigos que solían acompañarlos. Tanto él como Gardel eran unos chicos grandes y por eso, nada más, hacían esas cosas.

Actuó además con Samuel Castriota, Vicente Greco, Carlos Vicente Geroni Flores, y tuvo compañeros como el Chón Eduardo Pereyra, Agesilao Ferrazzano, Juan Rosito, José María Rizzuti, Elvino Vardaro y otros valores. Algunos lugares que tocó se cuentan en los cafés 43, La Morocha, Parisién, Benigno, Tabarín", los salones Olimpo y Laura, cabarets, etc.

Tuvo muy buenos colaboradores tanto en la composición como en sus orquestas y terminó sus días en plena pampa, cuando realizaba una gira como integrante de la orquesta de la guardia vieja de Lopecito.

Guido nació en Buenos Aires el 1 de febrero de 1898 y falleció el 5 de octubre de 1945.