Por
Gaspar Astarita
| Néstor Pinsón

o sabemos si era porteña o, como he leído alguna vez, nacida en San Pablo, Brasil. Tampoco es fácil determinar su fecha de nacimiento. Para algunos, el 3 de marzo de 1899, para otros, el 25 de febrero de 1898, y también, quienes mencionan la misma fecha pero en 1901.

Perteneció a esa época en que comenzaban a tomar popularidad, las breves representaciones teatrales que, más tarde, conformaron el denominado género chico. Obras sin mayor pretensión que atraer al gran público necesitado de un entretenimiento pasajero, con argumentos dramáticos que finalmente llegaban a buen término o bien, comedias de tono romántico con buenas dosis de humor y canciones intercaladas, fundamentalmente, tangos. Cuando comienzan a aparecer las letras, a partir de 1917, cada una de ellas ya era un argumento para desarrollar sobre las tablas.

Hasta ese entonces, predominaba la música española y las actrices se convertían en cantantes, en tiples. De allí surgen muchos nombres que luego cantaron tangos. Este es el caso de Manolita.

Su madre fue cantante de zarzuelas, lo mismo su hermana Marta, casada con el actor y cantor José Muñiz. Su debut habría sido en Montevideo, en una compañía olvidada, como segunda tiple y, más tarde, en 1914, en la compañía argentina Vittone-Pomar.

Su familia se traslada a Buenos Aires y aquí, en 1917, ingresa al elenco Muiño-Alippi. En su trayectoria prosiguió con otros grupos y realizó una gira por México.

El género fue decayendo y prosiguió su carrera en el cine. Primero con un film de Julio Irigoyen, Los misterios del turf argentino, un bodrio más de este director. Más adelante, ya en 1938, del mismo director, Plegaria gaucha, allí figura como principal actriz. En 1948, acompaña a Fernando Ochoa en el film: Don Bildigerno en Pago Milagro, dirigida por Antonio Ber Ciani. Y en 1950, en la fallida Los Pérez García, inolvidable éxito de la radio y fracaso en el cine, dirigida por Don Napy y Fernando Bolín, con música de Argentino Galván.

Pero su verdadero lugar lo encontró en la radio. Formó parte del elenco estable de Radio El Mundo por más de veinte años. Los radioteatros unitarios de los sábados a la noche los dirigía Armando Discépolo.

Fotografías de aquella época la muestran alta, esbelta, muy elegante. Enrique Puccia en su libro Intimidades de Buenos Aires recuerda: «Su figura grácil y esbelta, su proverbial distinción en el decir, su voz suave, acariciadora y con un dejo de nostalgia, le granjearon la simpatía y el respeto del público».

Pero todo lo mencionado hasta aquí pasa a ser secundario. Su nombre será siempre recordado ligado a una fecha precisa, 26 de abril de 1918. Fue cuando la compañía Muiño-Alippi representaba en el teatro Buenos Aires la obra Los dientes del perro, de José González Castillo y Alberto Weisbach. En esas circunstancias se decide, para levantar el ánimo de un público poco entusiasmado, incluir el tango “Mi noche triste (Lita)”, que por necesidad del argumento debe cantar su personaje. El éxito fue notable y la grabación realizada por Gardel un año antes, recién entonces, comenzó a ser solicitada ávidamente.

Manolita también, fue la responsable de estrenar otras canciones en el teatro, que paso a enumerar:

1. “Royal Pigall (Qué has hecho de mi cariño)”, que reemplazó a “Mi noche triste (Lita)” en la temporada siguiente de Los dientes del perro.

2. “A la gran muñeca”, estrenado en 1920, en la obra homónima y dedicado a Manolita.

3. “Melenita de oro”, el 25 de agosto de 1922, en el Teatro Nacional, en la obra Milonguita de Samuel Linnig.

4. “París [b]”, un shimmy de Manuel Jovés y Manuel Romero, para En el fango de París, de Romero, donde también se estrena el tango “Buenos Aires”, de los mismos autores, pero por el actor Carlos Morganti.

5. “Campana de plata”, estrenado en Puente Alsina, de Linnig, en el Teatro Nacional el 10 de junio de 1925.

6. “Mujer”, en La luz del cabaret, de Julio Traversa y Jorge Luque Lobos, en el Teatro Maipo, el 7 de julio de 1923.

7. “No le digas que la quiero”, en Chacarita, de Alberto Vaccarezza, en agosto de 1924, por la compañía Muiño-Alippi.

8. “Qué lindo es estar metido”, en el sainete homónimo de Pascual Contursi y Domingo Parra, el 9 de diciembre de 1927 por la compañía de Enrique Muiño.

9. “Muchachita de Montmartre”, tango de Osvaldo Fresedo y José Saldías, en La muchacha de Montmartre, de Saldías, en el Teatro Nacional, el 7 de agosto de 1925. Aquí cabe la duda, si lo estrenó Manolita o José Cicarelli como lo señala el libreto, aunque es posible que a último momento ella lo cantara.

10. “Pinta maleva”, tango de Luis Teisseire, de la pieza Cipriano del arrabal, de Vázquez y Riese, estrenado en el Teatro Buenos Aires, el 21 de mayo de 1929 por la compañía Muiño.