Por
Horacio Loriente

ació en el porteño barrio del Once. Fueron sus padres Saverio Polito e Isabel Romano. Sus hermanos, Antonio, que dominaba piano, bandoneón y guitarra y Pedro, bandoneonista de larga actuación, especialmente en Europa y Salvador, violinista, integraron una familia de destacados músicos.

De niño, ingresó en el Conservatorio Fracassi como estudiante de violonchelo instrumento que luego trocó por el piano. Abandonó el curso en 1925, con motivo de la desaparición de sus padres. Un año más tarde debutaba en el Bar Domínguez en la famosa orquesta de Juan Maglio, donde permanece casi tres años. Sus compañeros de entonces, Juan Maglio, Rafael Rossi y Nicolás Primiani (bandoneones); E. Bonis y Emilio Puglisi (violines) y Francisco De Lorenzo (contrabajo). El conjunto se reforzaba con la presencia de Elvino Vardaro como destacado primer violín.

Promediando marzo de 1928, graba en Odeon cinco tangos como solista, donde sólo un tema le correspondía como autor: “Se mira y no se toca”. Todo ello no tuvo circulación comercial quedando inédito. Forma parte de la orquesta de Anselmo Aieta, con presencia en los cafés Germinal y Guaraní, también en Radio Prieto. Era un sexteto que formaban Anselmo Aieta y Luis Moresco (bandoneones); Dimas Lurbes, Zendra y Menéndez (violines) y Juan Polito (piano).

Sobre el final de 1928, forma su primera orquesta, presentándose en el Salón Imperio, Lavalle 708, con Juan G. Bracco y Luis Moresco (bandoneones), siendo el primero reemplazado enseguida por Alberto Benito Cima; Dimas Lurbes y S. Menéndez (violines).

Disuelto este conjunto, se forma para la temporada de carnaval de 1929 en el Palais de Glace, la orquesta Polito-D’Arienzo, que trabaja en diversos locales durante seis meses, formada con Juan Polito (piano); Ciriaco Ortiz, Nicolás Primiani y Florentino Ottaviano (bandoneones); Alfredo Mazzeo, Juan D'Arienzo y Luis Álvarez Cuervo (violines) y José Puglisi (contrabajo). Actuaba como estribillista Carlos Dante.

En 1930, reaparece nuevamente como director de orquesta encabezando un sexteto que se presenta en el Salón Imperio, formado por Luis Moresco y Anselmo Esmella (bandoneones); Alberto Mercy y Remo Bernasconi (violines); Francisco Vitali (contrabajo) y él en el piano.

Promediando 1931, la Compañía de los discos Brunswick confía a Juan Polito la dirección de la Orquesta Típica Brunswick, labor que había desempeñado anteriormente Pedro Maffia. Bajo este rubro no registró actuaciones públicas, limitándose su labor a las grabaciones. Era un excelente elenco, integrado por Juan Polito (piano); Fernando y Ángel Martín, Armando Blasco y Félix Verdi (bandoneones); Salvador Polito, N. Salvador y Eugenio Nobile (violines) y Francisco De Lorenzo (contrabajo).

En 1937, formaba en un conjunto llamado Los Magos del Tango, con Daniel Álvarez y Nicolás Pepe en bandoneones, Bernardo Sevilla único violín y, el cantor Pedro Arrieta.

En julio de 1938, se incorpora a la orquesta de Juan D'Arienzo, sustituyendo a Rodolfo Biagi, prolongando su labor hasta los carnavales de 1940, cuando se aleja con todos los músicos y el cantor Alberto Echagüe. En ese período había logrado rotundos éxitos con el tango “La bruja” con versos de Francisco Gorrindo y “Castigo”, un vals con letra de Luis Rubistein. Debuta, con el elenco que antes fuera de D'Arienzo, en Radio Argentina, encabezándolo. En enero de 1943, pasa al horario central de Radio Belgrano.

En 1950, con su orquesta graba unos discos para el sello Pampa, conteniendo todos ellos temas tradicionales y, unos años más tarde, es convocado nuevamente por Juan D'Arienzo para suplir a Fulvio Salamanca, pianista que lo había reemplazado cuando se alejó de la orquesta en 1940. El 8 de mayo de 1957, con la grabación del tango “Llegando a puerto”, de Mario Demarco y Enrique Lary, se produjo su nuevo debut junto al autor de “El vino triste”, labor que se prolongaría hasta su retiro definitivo.

Como músico de D'Arienzo se registraron muchas presencias en Montevideo, que permitieron apreciar sus condiciones artísticas y sus dotes de excelente persona. Tuvimos con Juan Polito una linda amistad, que nos permite dar forma a esta nota en su recuerdo, con sus datos de primera mano.

Su primer tango data de 1924 y fue titulado “Mano larga”. Sucesos de su fecundo acerbo autoral fueron: “Gurrumina”, con versos de Enrique Dizeo, “Volvé hermanita”, con letra de Salvador Polito, “Entre sueños”, compartido en música con Anselmo Aieta y letra de Francisco García Jiménez, los instrumentales “Se mira y no se toca” y “Responso malevo”, la milonga “Serenata” con letra de Luis Rubistein, “Quedó en venir a las nueve”, con letra de Luis Caruso y “Fui”, con Juan Alberto Leiva.

Con menos repercusión popular quedan sin mencionar muchos títulos creados en su última etapa con D’Arienzo, entre ellos: “La pista está que arde” (1968) y “Que cante Ignacio” (1971), que tuvieron originales versos de nuestro recordado amigo Avlis.

Merece, por todo lo expuesto, este recuerdo a Juan Polito, importante figura del tango.