Por
Abel Palermo

ste notable músico, quizás desconocido por muchos tangueros, nació en el barrio de San Telmo, centro sur de la ciudad de Buenos Aires y realizó un importante recorrido por nuestro tango, desde la década de 1940 hasta los años 70.

Se inició, desde niño, en el estudio del bandoneón con Alejandro Scarpino, creador de “Canaro en París” y, con el tiempo, tomó los primeros conocimientos sobre armonía con el profesor Roberto Pepe.

A los 14 años debutó en la línea de bandoneones, con la orquesta que dirigía el autor del notable tango “Color de rosa”, Antonio Polito.

En 1934, fue requerido por Ángel D'Agostino para integrar su conjunto típico. Después integró las agrupaciones orquestales de Elvino Vardaro y, en 1939, la de Joaquín Mora, quien presentaba su flamante orquesta en Radio Prieto. En esta ocasión, compartió la línea de bandoneones junto a Alfredo Calabró y Benito Galván, además estaban los violinistas Simón Broitman, Domingo Varela Conte y Armando Angeletti, en el contrabajo Augusto Furchi y el director en el piano.

Después, fue convocado por el gran maestro Pedro Laurenz, integrando su orquesta desde 1940 a 1944. A partir de este último año, pasó a formar en una de las mas brillantes orquestas típicas de la historia del tango, la de Francini-Pontier. Junto al pianista Juan José Paz fueron los puntales de esa formación.

En 1950, buscó otros aires y se incorporó con su bandoneón a la orquesta de Alberto Mancione, donde además hacía los arreglos.

Eran tiempos de continuos cambios y al año siguiente se vinculó a la orquesta de Florindo Sassone donde permaneció durante casi un año.

El cantor de Sassone era Roberto Chanel quien tenía deseos de formar su propio conjunto. Y así ocurre, tentando a Domínguez para que fuera su director. Este aceptó y dejan para el recuerdo 6 temas grabados, el primero “Fatal y tanguera”, del propio Domínguez con versos de Ángel Queirolo, el 21 de junio de 1954 y el último, “Plegaria al señor” de Norberto Ramos, Orlando Vera y Eduardo Rufino, el 25 de abril de 1955. La Orquesta Chanel grabó 10 obras, todas para el sello RCA-Victor, entre ellas hay cuatro instrumentales: “El embrollo” de Esteban Gilardi, “Si sos brujo” de Emilio Balcarce, “Mal de amores” de Pedro Laurenz y “Pelele” de Pedro Maffia.

A mediados del año 1955, Domínguez puso su nombre a la orquesta y fue contratado por la referida empresa discográfica. En ese período graba: “El monito” de Julio De Caro, “Pimienta” de Osvaldo Fresedo, “No me hablen de ella” de Ernesto Rossi y Jorge Moreira, con la voz de Alberto Rial, “Suerte loca” de Aieta y García Jiménez, “Porque te quiero así”, de su autoría con letra de Luis Uncal, ambos con el cantante Carlos Almagro y, finalmente, “Mi madre y vos” de Norberto Ramos y Jorge Moreira, de nuevo con Alberto Rial.

Continúa ligado a la Victor hasta 1959. Es importante destacar la calidad de los músicos que pasaron por su orquesta, en los bandoneones: Pastor Cores, Eduardo Otero, Marcelo Yupolo, Ángel Baya y Fichicaro; en los violines: Mario Abramovich, Nathan Melman, Juan Bibiloni, Osvaldo Rodríguez, Enrique Tula Rodríguez, Jorge Buivydas; en el cello: Finoli; Norberto Ramos en el piano y Ricardo Pecci en el contrabajo. Todos los arreglos estaban a cargo de Ángel Domínguez. Las principales emisoras como Belgrano, El Mundo y Splendid, requirieron de esta moderna e orquesta.

En 1963, el cantor Armando Laborde lo invitó a dirigir su orquesta para grabar un disco en el sello Fénix, lo mismo que Carlos Maidana y Miguel Montero, en 1970.

A partir de 1964 fue contratado por LR4 Radio Splendid, como director de la orquesta estable, integrada entre otros músicos por Juan José Paz en piano, Tito Besprovan, Mauricio Mise y Carlos Arnaiz en violines y Armando Calderaro (Pajarito) y Ángel Genta en bandoneones.

Es de destacar que, en muchas ocasiones, fue requerido para diversos trabajos por Astor Piazzolla y Osvaldo Pugliese.

Como compositor, las tres obras más importantes, todas con versos de José Rótulo son los tangos: “Como tú”, que fuera grabado por Aníbal Troilo con Edmundo Rivero y por Francini-Pontier con Raúl Berón. También, por esta última orquesta, “Santa mía”, con la voz de Alberto Podestá y “Firuletear de bandoneón”, que grabó Pedro Laurenz con la voz de Juan Carlos Casas.

Falleció a los 56 años, privándonos de seguir el disfrute de su música y su talento, de su simpatía y de su extraordinaria calidad humana. Vaya este humilde homenaje que sólo pretende perpetuar el recuerdo de este gran artista, hoy casi un desconocido.