Eduardo Pereyra

Nombre real: Pereyra, Eduardo
Seudónimo/s: Chón, Cooper Ray
Pianista, director y compositor
(13 octubre 1900 - 21 febrero 1973)
Lugar de nacimiento:
Rosario (Santa Fe) Argentina
Por
Orlando del Greco

us primeras lecciones las recibió en su ciudad, Rosario, y aunque más autodidacta que otra cosa, trató en Buenos Aires de perfeccionarse bajo la tutela de Ernesto Drangosch y otros maestros, con todo eso ya a los quince años de edad había compuesto “El africano”, uno de los tangos clásicos.

Embarcado en la compañía teatral Roma-Marchessi, recorrió buena parte del país entre los años 1916 y 17 hasta llegar a la Capital Federal, donde desarrolló su profesión en cafés, bailes y otros locales, intercalando esa labor en lugares similares de Rosario.

En 1921 se fue al Uruguay y de allí a Chile acompañando a la cupletista La Satanela; volvió al siguiente año ingresando a la Victor como asesor musical. Por ese tiempo formó orquesta para actuar en la antigua radio LOY y de allí a todas las demás que desarrollaban actividades en el éter de Buenos Aires.

Se embarcó rumbo a España en 1925 actuando en el teatro Romea de Madrid pasando a poco a Barcelona, donde tocó con Eduardo Bianco, Bachicha, Mario Melfi y algún otro argentino.

De nuevo en Buenos Aires, muchos cines, cafés, radios, como así las grabadoras Victor y Brünswick lo contaron entre los más selectos ejecutantes del momento, acompañando en algunas ocasiones en vivo y discos a Rosita Quiroga y Agustín Magaldi. Formó relevante trío con Ciriaquito Ortiz y Elvino Vardaro.

Actuó en el Brasil, Uruguay de nuevo, por 1931, y luego de muchas otras actuaciones, recorre otros países americanos, entre ellos Colombia, donde ancló por varios años. Antes actuó en Los Angeles (EE.UU.) y en España lo hizo otra vez por 1939. Tuvo academia de canto en Buenos Aires.

Como compositor, al éxito de “El africano”, que es de 1916, hay que agregarle “Gorriones” (de la obra teatral homónima de Oscar R. Beltrán, de julio de 1926), con letra de Celedonio Flores; “Y reías como loca” (adaptada a la película muda Perdón viejita), con letra de José Ferreyra; “La uruguayita Lucía” (que se llamó “Cuna de los bravos 33”), hecho con Daniel López Barreto; “Pan” con versos también de Cele y “Madame Ivonne” con letra de Enrique Cadícamo, que se mantienen frescos en la voz de Carlos Gardel desde el disco.

Exitos también fueron, y lo son aún, “Nunca es tarde (Todavía estás a tiempo)” y “Viejo coche” creados por Rosita Quiroga, que le grabó también “El as de los ases”, los tres con letras de Celedonio Flores, y las canciones criollas: “Farol de los gauchos”, “La canción de los remeseros” y “Arreando ensueños”, que popularizara el dúo Magaldi-Noda y cuyos versos pertenecen al citado Flores, a Yaraví y a Emilio Magaldi.

En la cita de sus tangos están: “La borracha”, “Como aquellas rosas rojas”, “Loria”, “El satanás”, “Añorando”, “Canción triste”, “Arrullo de bandoneón”, “Ranita”, “Poema en gris”, “Viejo Boby”, “Pasan las horas”, “Perfiles del suburbio”, “La tirana”, “Y te fuiste a París”, “Milonga querida”, “La fulana”, “Magia negra”, “Y que seas muy feliz”, “No hagas caso a lo que dicen”, “Recuerdos de arrabal”, “Cuando llega otro cariño”.

Corsini le grabó “El resero” y “Cuando el indio ama”, dos canciones con letras de Yaraví.

Amigo de Carlos Gardel, pues le repasó sus obras al piano, y la de otros autores, por lo que supo visitar su casa en varias ocasiones, una revista porteña lo ligó al mismo con una anécdota que no es de creer.

Según la revista, el cantor le hablaba con entusiasmo de un loro que había comprado: —«¡Es fenómeno...! Habla como si entendiera todo», seriamente le decía Gardel. —«Como cualquier loro; repetirá lo que le enseñaron», habría contestado él. —«No, éste es extraordinario. Tiene cerebro humano», reafirmaba el cantor. —«Cuando vaya a tu casa lo conoceré... Me lo imagino pidiendo la papa». —«No, mi loro mira una foto, yo le digo quién es y cuando el tipo de la foto aparece en persona lo reconoce y lo llama por su nombre», contestó Carlitos.

Días más tarde tuvo que ir a la casa del cantor. No hizo más que pasar al pasillo y escuchó una voz que le decía: «¿Che... vos sos Pereyra? ¿A vos te llaman Chón?». Su sorpresa fue tremenda. Y al mirar al patio y ver el loro aumentó su sorpresa y resolvió volver otro día alejándose con un fiasco enorme. Mientras tanto Gardel con su amigo ventrílocuo Plaussy Morales, festejaban la broma con que habían hecho víctima al músico amigo.

Pereyra nació en Rosario (provincia de Santa Fe) el 13 de octubre de 1900 y falleció en Vicente López (provincia de Buenos Aires) el 21 de febrero de 1973.