El Pibe Palermo

Nombre real: Baña, José María
Bailarín
(n/d - n/d)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
Por
Jorge Riva

alermo nació en la Boca, en ese mismo barrio en donde se inspiraron Benito Quinquela Martín y Don Juan de Dios Filiberto, pero su infancia y juventud transcurren en Palermo, "barrio de tango y de milonga".

Desde muy pequeño demuestra, su inclinación por el baile. Su padre "El Lecherito", bailarín de tango milonga con corte, (junto con el "Tarila" eran los mejores bailarines de Villa Crespo) descubre la vocación temprana de su hijo, comprendiendo que nació para bailar. Los días de este chico se suceden junto a su radio practicando con todas las orquestas a las cuales reconoce como a sus maestros.

Vive su niñez y adolescencia entregado al baile con pasión, y así, con el correr de los años va adquiriendo habilidad, destreza y experiencia, interpretando los diferentes estilos y ritmos de las orquestas en sus variantes, formándose así en su condición de intérprete.

En la Academia Nelson que él frecuentaba, llama la atención del Profesor Orlando quien al comprobar la pericia de Palermo, expresa: «Si este pibe se hace de una compañera, apuesto por él contra cualquiera». Era una época en la cual bailaban el Tarila, el Méndez y el Cachafaz.

Palermo comienza a tomar conciencia de su propio valor con su presencia por varios de los principales salones de baile situados en el barrio de Palermo. En ellos se gana los apodos de: "Tango Argentino" y "El Dividido". Este apodo exige una explicación: de la cintura para arriba, la actualidad, de la cintura para abajo, el "900".

Muchas veces el público emocionado dejó de bailar para contemplar las exhibiciones de Palermo, quien ya tiene brillo y fama de taura, rompedor y ligero, hecho que apreciaron los dueños de un importante salón quienes no tardaron en contratarlo. Y así es como en el año 1942, Palermo debuta en el salón "Palermo Palace" con la orquesta de Ángel D'Agostino y con Carmen Calderón como compañera. Su éxito fue tan grande que, para atraer al público, muchas veces anunciaron su presencia aún cuando él no actuaba.

En una fiesta organizada en el patio de su casa de la calle Billinghurst y Melo, se presenta el cuarteto de la guardia vieja integrado por Robertino, Acosta en bandoneón; Magrini en violín; el tano Vicente en flauta; el gallego Fernández en guitarra (el mismo que había tocado con Eduardo Arolas) y "El tano Roque" de Avellaneda como bailarín, quien dio una exhibición.

Palermo, admirador de la guardia vieja, no quería bailar por respeto a los mayores, pero todos insisten en que baile hasta que el padre le dice: «Largate». Esa noche se ganó el elogio de los músicos. Robertino Acosta dice asombrado: «Esta pareja tiene que ser para Lopecito», refiriéndose al acuarelista porteño Juan F. López. El Tano Roque aprueba.

A pesar de que Lopecito no podía creer que un chiquilín pudiese interpretar "la guardia", lo citan en el cabaret "Singapur" de la calle Montevideo, donde ensayaba la orquesta de Manuel Pizarro para presentarse con "La Cabalgata del tango", en el cine Paramount de Lavalle. Ensaya con ellos, y es aceptado. De esta manera, Palermo baila con la orquesta de Pizarro y El Tano Roque con el cuarteto de la guardia. Debutan y obtienen un éxito rotundo, a tal extremo que, El Tano Roque emocionado le dice a Lopecito: «Ahora puedo morir tranquilo. Con este pibe hay guardia para 60 años». A partir de aquí, continúa Palermo bailando con el cuarteto de la guardia vieja, en calidad de figura estelar, ocupando el lugar que le dejara el veterano bailarín.

Desvinculado artísticamente de Carmen Calderón, con esta compañía actuó en casi todos los cinematógrafos de Buenos Ares recogiendo el aplauso del público entusiasmado ante la novedad de este bailarín "que se las sabe todas". En efecto, lo ven bailar: la guardia vieja, el canyengue, la milonga tangueada, el tango milonga; cuando le piden "otra", tango con medio corte (como lo bailaba el padre) y, para finalizar, tango de salón o lento: La cumparsita. Y así fue como se gano otro merecido apodo "El Rey del Tango".

Debutan en el teatro Podestá de La Plata, continuando en las kermeses de Berisso, La Plata y zonas aledañas. Posteriomente en el teatro Bristol de Mar del Plata, prosiguiendo con una gira de dos meses por todo el Sur y Oeste de Buenos Aires, luego por las provincias. Estamos en la década del cuarenta.

Después de varios años de éxitos ininterrumpidos, se desvincula de Lopecito y vuelve a actuar independientemente, presentándose en varios salones secundado por la orquesta de Vicente Sassano, conocida como "La orquesta de los milongueros". En varias oportunidades, vuelve a hacer pareja por Carmen Calderón y continúa su trayectoria en espectáculos de varieté, acompañado, según el lugar de actuación, por el Tano Genaro, Osvaldo Pugliese y Miguel Caló, entre otros.

En una oportunidad, fue felicitado por el escritor Alberto Vacarezza, quien al verlo bailar exclamó: «¡Palermo a todo el mundo!».

En la década del 50, con Carmen Calderón, se presenta en cabarets de la ciudad de Buenos Aires y de otras ciudades como: Bahía Blanca, Salta, Tucumán, Rosario, San Juan y Mendoza.

Interviene en películas: "Del couplé al tango", con Gloria Ugarte como pareja de baile, Virginia Luque y Tito Lusiardo; "Un guapo del 900", con Alfredo Alcón; "Cita en San Telmo", acompañado por Norma.

También tuvo lucidas actuaciones en obras de teatro como: "Juancito de la Ribera", "Yo soy el tango", ambas con Jorge Vidal; "Se viene la nueva ola" (revista) con Alberto Anchart y Olinda Bozan; "Caramelos surtidos", con Aníbal Troilo; "Tu cuna fue un conventillo", con Luis Arata; "El conventillo de la paloma" con Azucena Maizani.

En el Teatro "Luz y Fuerza" se presenta con Osvaldo Pugliese y en el "Avenida" con Ángel Pericet y las vedettes Noemí Lasserre y Lilian del Río. En el "Coliseo" interviene en el Festival de Twist, Tango, Folclore y baile clásico. Una vez más, Palermo, acompañado esta vez por Norma, vuelve a llamar la atención del público siendo los únicos bailarines a quienes le pidieron otra interpretación.

Tampoco faltaron actuaciones en televisión en su dilatada campaña por los escenarios con su compañera definitiva, Norma, en programas como "Evocación del Ayer" con Los Muchachos de Antes y Héctor Artola y también con Pedro Maffia; "Nostalgias del Tiempo Lindo"; "Monumento al Tango" con Edmundo Rivero, Juan DArienzo y Susy Leiva, "Show de María Antinea" y el "Show de Mariano Mores".

En 1975 es invitado para integrar el cuerpo de baile "Tango Argentino" y viajar a Europa, pero los compromisos familiares con los cuales debía cumplir, le impiden aceptar la propuesta.

A partir de ahí se retira de los escenarios pero sin abandonar al tango que lleva en el alma, sigue estudiando y bailando fiel a la tradición tanguera del viejo Buenos Aires que Palermo interpreta y trasmite con el mismo espíritu de sus antecesores.

Sin embargo, su vida artística no se detiene, la calidad de Palermo y Norma no pasa inadvertida para dos notables bailarines de esta generación, a quienes Palermo considera como a los mejores: Miguel Angel Zotto y Milena Plebs. Los incorporan a la compañía que ellos dirigen donde se desempeñan con singular éxito.

Palermo merece los honores que se le rinden por haber permanecido no solamente fiel a la tradición, sino también fiel a si mismo y a su padre en el cuál se inspiró para transitar por su vida de artista.

Extraído de la revista "Tango XXI", nº 14, marzo de 1999.