ste notable músico, hijo de José y Beatriz Bernardi, realizó sus estudios de piano y armonía con el maestro Vicente Scaramuzza.

Se inició profesionalmente en el Cine Londres del barrio de Palermo, luego pasó a tocar en la orquesta del maestro Zani y en Radio LOV Brusa acompañando al cantor Príncipe Azul.

A los 16 años es contratado por el sello Odeón para integrar las orquestas de dicho sello.

Participó en las grabaciones de las orquestas de Juan Maglio (Pacho), Juan Canaro, Carlos Marcucci, Minotto Di Cicco, y acompañó a los solistas Ada Falcón, Ernesto Famá, Tania, Roberto Maida y Amanda Ledesma.

En 1932, forma su primera orquesta para participar en los bailes de carnaval en el Teatro Solís de Montevideo.

En 1935 se presenta en Radio Stentor de Buenos Aires, con la siguiente formación: Tinelli (piano y dirección), Alfredo De Franco, Armando Blasco y Horacio Perri (bandoneones), Samy Friedenthal, José Nieso, Hugo Baralis (violín), Ricardo Pierini (contrabajo), Rodolfo Martínez (cantor).

Integró con Cayetano Puglisi y Minotto un trío para actuar en Radio Belgrano.

Realizó la música de la película Virgencita de madera y El sobretodo de Céspedes, en 1938 grabó los temas de estos filmes para el sello Odeon: el tango “El embrujo de tu violín”, con los cantables del dúo Chola Bosch, esposa de Tinelli, y Luis Bottini, aquel que en la decada del 40 cantó con la orquesta de Juan Sánchez Gorio con el nombre de Luis Mendoza. El otro tema grabado fue la milonga de Tinelli y Carlos Marín, “La milonga nueva”.

Luego actúa en Radio Belgrano y es importante destacar que el pianista de la orquesta era Miguel Nijensohn.

En 1939, compone con Enrique Cadícamo su tango más famoso, obra que 17 años después sería un fabuloso éxito por José Basso con la voz de Floreal Ruiz: “Por la vuelta”, que antes, en 1939, había sido grabada por la orquesta de Francisco Lomuto con la voz de Jorge Omar y también, por la cancionista Tita Galatro acompañada por guitarras.

En 1941, luego de tres años en Radio Belgrano, pasó a Radio Mitre, emisoras del grupo de don Jaime Yankelevich, siendo el rubro de cantantes Chola Bosch y Horacio Acosta.

En 1942, graba sus dos últimos discos simples. Es difícil de explicar que un conjunto tan bien afiatado, integrado por notables ejecutantes, hayan grabado solamente seis temas. Los últimos cuatro fueron: “Serenata mía” de Tito Ribero y Julián Centeya, “Amor que se hace llanto”, de Tinelli y José María Contursi, “Bandoneón amigo”, de Fresedo y Manzi, y el vals de Basso y Suñé “Muñequita rubia”, todos con la voz de Horacio Acosta.

Posteriormente, en discos no comerciales, grabó con la participación de Chola Bosch los siguientes temas: “A media luz”, “Esta noche de luna”, “Bien criolla y bien porteña” y “Si usted quisiera”. En la década del 40 sus actuaciones eran con pequeños conjuntos. Volvió en 1943 a Radio Belgrano y en 1944 compone la música de la película Un muchacho de Buenos Aires, dirigida por Julio Irigoyen, con la participación del cantor Héctor Palacios.

En 1945, actúa todo el año en Uruguay, es contratado por Radio Carve y en varios teatros y escenarios de Montevideo.

En 1946, compone con Contursi “La lluvia y yo” y los años siguientes participa en las temporadas del Teatro Apolo, con la compañía encabezada por Gregorio Cicarelli, Leonor Rinaldi y Tito Lusiardo, junto a sus vocalistas Chola Bosch y Horacio Acosta.

En 1949 y 1950, dirige el conjunto que acompaña al cantor Rubén Cané.

En 1951, la compañía RCA-Victor lo invita a grabar a dúo de piano, junto a su colega uruguayo César Zagnoli.

Es importante recordar las grandes composiciones producidas por este notable músico: “Será una noche”, “Se marchitó un clavel”, “Música de ensueños”, “Cigarra”, “Mi vida por tu alma”, entre otros títulos de exquisita melodía.

Su último tango fue “El viejo amor”, con versos de Alejandro Romay. Lo grabó José Basso con Floreal Ruiz en 1961.

En 1960, a los 49 años, en su domicilio de la calle Venezuela al 1700 de Buenos Aires, víctima de un síncope cardíaco, nos dejó esta importante figura que tanto hizo para jerarquizar a nuestra música ciudadana.