Domingo Lombardi

Nombre real: Lombardi Villarruel, Domingo Vicente
Seudónimo/s: Gaucho Ledesma
Letrista
(30 marzo 1878 - 7 enero 1961)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
Por
Orlando del Greco

ran tradicionalista. Trabajador fecundo e incansable de la música nativa, labróse un lugar de privilegio dentro de ella con estudios, investigaciones y recopilaciones logrado a fuerza de tesón.

De muchachito empezó a gustar las ruedas criollas y los centros gauchos de sus pagos quilmeños o de Barracas al Sud, no esquivándole a cuanta oportunidad se le ofrecía para intentar lo vernáculo en la gran ciudad, a fines del siglo pasado y comienzos del presente. Fundó con Martiniano Leguizamón en 1898 la Sociedad La Criolla, después la Deportiva Criolla, Sociedad Argentina de Arte Nativo y varias otras.

Sus versos se conocieron al publicarlos en diversos periódicos y así fue que la revista criolla más difundida en el Río de la Plata, El Fogón, de Montevideo, lo contó como asiduo colaborador al lado de Elías Regules, Alcides de María, Orosmán Moratorio, el Viejo Pancho, Antonio Lussich, etc.

El arte nativo lo reunió a Santiago Rocca, Florencio Iriarte, Julio Guillán Barragán, Nicandro Reyes, Arturo de Nava, Diego Munilla, Amaro Giura, Andrés Chazarreta, y tantos otros que el tiempo ha ido borrando; pléyade de tradicionalistas que mantuvieron encendida la llama por lo nuestro por mucho tiempo.

Publicó en 1913 el libro de versos Alma criolla y recopiló buena cantidad de danzas tradicionales argentinas de gran valor temático. Dio a conocer también obras originales como “Lamentos de cacuy”, “A la Virgen de Pompeya”, “Sentimiento criollo”.

Actuó con su guitarra y su voz ante los micrófonos de nuestra radiotelefonía en las décadas de 1920 y 1930.

Cuando formaba en los cuadros del centro gauchesco El Fogón, en 1910, junto a Santiago Rocca, hizo con éste “El sol del veinticinco”, cuyas partes son fragmentos de su poesía “La media caña” que publicara en 1896, que tiempo después constituido el dúo Gardel-Razzano le dio enorme popularidad, a tal punto, que fue una de sus mejores creaciones. A raíz de esta obra trató a los cantores que la hicieron aparecer como propia, reclamando sus derechos sobre la letra, reclamo que se hizo discusión bastante agria y que estuvo a punto de romper las buenas relaciones, privando al fin la serenidad y el buen criterio por ambas partes.

Otra de sus poesías, la titulada “Triste entrerriano”, también fue grabada por Carlos Gardel pero musicalizada por su guitarrista José Ricardo.

Lombardi nació en Buenos Aires el 30 de marzo de 1878, pasó sus mejores años en Quilmes y falleció en Banfield (Bs. As.) el 7 de enero de 1961.

EL SOL DEL 25 (Gato)

(I parte)
Ya el sol del veinticinco
viene asomando.
Ya el sol del veinticinco
viene asomando
y su luz en el Plata
va reflejando.
Y su luz en el Plata
va reflejando.

(Recitado)
¿Oído? Ya lo anuncia la voz del cañón
icemos al tope nuestro pabellón.

(Canto)
Y las campanas
mezclan sus alborotos
al de las dianas.

(II Parte)
"¡Viva la patria!" se oye
y el clamoreo...
"¡Viva la patria!" se oye
y el clamoreo...
hace dentrar en la sangre
cierto hormigueo.
Hace dentrar en la sangre
cierto hormigueo.

(Recitado)
Al pueblo y al gauchaje
hace el entusiasmo temblar de coraje.

(Canto)
Y hasta parece
que la estatua 'e Belgrano
se estremeciese.

(III Parte)
Al blanco y al celeste
de tu bandera...
Al blanco y al celeste
de tu bandera
contempló victoriosa
la cordillera.
Contempló victoriosa
la cordillera.

(Recitado)
A traerte laureles cruzaron los Andes
San Martín, Las Heras,
Soler y otros grandes.

(Canto)
Y ya paisanos
fueron libres los pueblos
americanos.


Letra de: Domingo Lombardi Música de: Santiago Rocca Arreglo de: Gardel-Razzano
Grabado por Gardel-Razzano en discos Nacional N° 18001, año 1917 y por Carlos Gardel en Nacional Odeón Nº 18828, año 1930.

LA MEDIA CAÑA (25 de Mayo de 1884)

Ya el sol del veinticinco
viene asomando
y a las aguas del Plata
las va dorando.
¡Oído! Ya lo anuncia la voz del cañón
y al tope flamea nuestro pabellón
y las campanas
mezclan sus alborotos
al de las dianas.

¡Viva la patria!, se oye
el clamoreo
y le dentra a la sangre
un hormigueo.
¡Vamos a la plaza! Vamos al cuartel
toditos los criollos a escuchar en él,
que es de estos días
el himno de la Patria
las alegrías!

En la plaza del Parque (1)
el batallón
como tabla descansa
en formación.
¡Atención! El jefe levanta su espada:
¡Presenten las armas! ¡Orden de parada!
Y el sol de mayo
quiebra en las bayonetas
su primer rayo.

¡El himno de la Patria!
¡Quién no se siente
al escuchar sus notas
grande y valiente!
Al jefe, a la tropa, al pueblo,
al gauchaje
hace el entusiasmo temblar
de coraje,
y hasta parece
que la estatua 'e Lavalle
se estremeciese.

¡Por tu honor y tus glorias
patria querida,
te brindaron los criollos
siempre la vida!
A traerte laureles cruzaron los Andes
San Martín, Las Heras, Soler
y otros grandes,
y a tu bandera
contempló victoriosa
la cordillera.

Del blanco y el celeste
de tus colores
a Ecuador llegaron
sus resplandores,
al mundo anunciando que de la opresión
salía una nueva y gloriosa nación.
Y ya paisanos
fueron libres los pueblos
americanos.


De: Domingo V. Lombardi
(1) Hoy Plaza Lavalle.