ra la mayor de cinco hermanos y había nacido en Villa Urquiza, o, mejor aún, había nacido para la danza. Desde chica estudió folclore con Santiago Ayala El Chúcaro y Norma Viola, hasta que allá por los 90 entró en el tango.

«Cuando yo tenía once años vino al estudio Carlos Rivarola, y por curiosidad empezamos a tomar clases con él, luego nos llevó al Sunderland, donde vimos en directo el baile de pista y una milonga de ambiente muy familiar, y nos apasionamos».

Entonces alternaba la escuela de mañana y, junto con su madre, las milongas por la noche. A la par, tomó clases, profundizó su técnica y se diplomó en coreografía.

Después, trabajaría con Antonio Todaro, estudiaría cultura italiana en la Dante Alighieri y traductorado en la Universidad de El Salvador. A fines de la década de 1990 fundó la compañía Tango Danza, junto con su pareja Leandro Palou y, en 2001 también con él, la escuela Tango in Action, en Londres.

Después, pasó a bailar con Javier Rodríguez e impuso en Europa un tango tradicional y la belleza del caminar. Andrea enfatizó el abrazo, el adorno musical y esa gracia cuya majestuosidad le granjeó el merecido apodo que ya nadie podrá arrebatarle: La Princesa del Tango.

El autor es maestro, bailarín e investigador del tango danza. Es autor de Nuevo Glosario de Tango Danza, La Pista del Abrazo, Tango FAQs y Los Legionarios del Abrazo – Historia del tango danza 1800-1983. www.tangosalon.com.ar / info@tangosalon.com.ar