ació en el barrio de Barracas, en la ciudad de Buenos Aires. A fines del 40, participó en el cuarteto de Juan Cambareri, pero no como violinista sino como cantor. El mismo estaba conformado por Cambareri (bandoneón), José Fernández (violín), Fernando Porcelli (contrabajo) y Juan Rizzo (piano). Actuaron en el programa más escuchado en Argentina y en varios países limítrofes, la audición de Jabón Federal, que se transmitía los días jueves a las 21 horas y los domingos de 12:30 a 14 horas.

También cantó en la orquesta de Pedro Maffia y grabó con Roberto Grela, “Las cuarenta”, conforme me comentó su hijo Norberto.

Comenta Alberto Príncipe, que cuando Julio Martel dejó la orquesta de Alfredo De Angelis, luego de los carnavales del Club Gimnasia y Esgrima La Plata, en 1951, viajó a Montevideo contratado por varios locales tangueros. Allí, tuvo la oportunidad de grabar, con la típica Puglia-Pedroza en Discos Sondor N° 5227, el tango “Nacional [b]”, dedicado al club oriental de fútbol. Retornó a Buenos Aires, siendo invitado por Oscar Castagniaro -recién desvinculado de la orquesta de Osvaldo Pugliese-, para participar en su agrupación como cantor solista. Debutan en el Café La Armonía y hacen presentaciones en Radio Belgrano.

En 1956, Martel decidió armar su propia orquesta y citó para dirigirla a Américo Podestá, quien además de violinista era buen guitarrero y, como ya dijimos, cantor. Debutaron en LR3 Radio Belgrano, donde director y cantor permanecieron por varios meses actuando además, en lugares bailables y clubes. Luego partieron a Chile y después a Colombia donde se quedaron varios años.

En discos Odeon registraron cuatro temas: “Pobre colombina”, “Lechuza”, “Por qué no has venido” y “Fueron tres años”. Fue una orquesta con destacados valores, allí estaban: Roberto Casal (piano), Carlos Tavarozzi (contrabajo), Enrique Méndez, Américo Figola, Fernando Tell (bandoneones), Podestá, Aquiles Aguilar, Carmelo Cavallaro, Nito Farace, Alberto Luongo (violines).

Ambos personajes, Julio Martel y Américo Podestá mantuvieron, desde muchachos, una entrañable amistad refrendada en el Golf Club Boulogne, donde practicaban ese deporte.

Falleció trágicamente, en un accidente de automóvil en una ruta cerca de la ciudad de Gualeguaychú, Provincia de Entre Ríos, en la misma curva que se mató la cantante Gilda.

Por último, cabe mencionar que su hijo Norberto Podestá, siguió sus pasos y es también cantor de tango, actuando en la zona norte del gran Buenos Aires.