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ació en la ciudad de 9 de Julio, Provincia de Buenos Aires. A los 12 años se radicó en la Capital Federal, en el barrio de La Boca.

Realizó los estudios secundarios en los Colegios Salesianos León XIII y San Carlos y se especializó en artes gráficas, incluso ya adulto, fue profesor de Tipografía y Tecnología de las Artes Gráficas en las Escuelas de Educación Técnica Nº 31 y 15, actividad que desarrolló hasta jubilarse.

La música lo atrajo desde muy joven. Era un niño, todavía, cuando cantaba en las fiestas familiares, en algún club de barrio y en cualquier tipo de reunión. A raíz de su vocación, empezó a estudiar canto con un maestro, pero por una casualidad, conoció a Miguel Montero que le dio algunos consejos y le propuso otro profesor.

Ya con más seguridad y acompañado por un cuarteto, en 1953, realizó giras por pueblos y ciudades de la zona oeste de la provincia. Ya considerado un profesional, comenzó su recorrido artístico. Estuvo en Radio del Pueblo un breve tiempo, con el respaldo de un conjunto de guitarras, los horarios no eran los más apropiados, pero no se amilanó. Pasó fugazmente por la orquesta de Ricardo Pedevilla, actuando en la Confitería Nobel, de Lavalle y Suipacha, teniendo como compañeros a los cantores Carlos Barbé y Héctor Coral.

Nuevamente acompañado por guitarras, se presentó en Radio Libertad; su nombre, poco a poco, se iba conociendo en el ambiente tanguero. Lo citó Rodolfo Biagi y lo contrató para sus actuaciones en el Chantecler. Tenía de compañero, nada menos que a Hugo Duval, la voz emblemática de la orquesta de Manos Brujas.

En 1957, fue a cantar a la orquesta de Juan Sánchez Gorio, donde llegó junto a otro colega, Raúl Ledesma, para reemplazar a Luis Mendoza y a Osvaldo Bazán. Sin duda fue su etapa más destacada. Con esa agrupación cantó en Radio El Mundo -aún la emisora más importante del dial-, hizo giras y grabó en el sello CBS Columbia varios temas, destacándose, entre otras, “Pa’ que sientas lo que siento”, “Frente al espejo”, “Puede ser que no te rías”, “Corazón cobarde”, “Ayúdame, Dios mío”, “Norma”, “Siete mujeres”, “Si yo fuera millonario” y otras.

Si bien todas estas grabaciones tuvieron una gran repercusión, y aún en la actualidad se siguen reeditando, se destaca ampliamente “Pa’ que sientas lo que siento”, ranchera mejicana en tiempo de tango, que produjo una de las mayores ventas en la historia de la compañía, manteniéndose primera por muchos meses en la nómina de Los Cien Consagrados en música nacional y extranjera.

Ledesma partió, al poco tiempo, con Miguel Caló y ocupó su lugar Roberto Mancini. En los carnavales de 1958, actuó en el club Victoria de la provincia de Buenos Aires, junto a Osvaldo Bazán que había vuelto a la orquesta y Alberto Aguirre, recién incorporado.

Durante todo ese año, se presentaron en el cabaret El Avión, de La Boca, donde la orquesta de Sánchez Gorio tuvo un gran suceso. Fueron para Fontana, cinco años de trabajo intenso. Paralelamente, autorizado por el director, se dedicó al doblaje al castellano, de decenas de actores en films y series de televisión. Su sonora voz y ductilidad para la actuación, le permitieron dedicarse varios años a esa actividad, inclusive como actor en algunos ciclos de éxito.

Por ejemplo, cuando fue llamado por David Stivel para actuar en el exitoso programa de Canal 13 Yo soy porteño, que integraban Pepe Soriano, Julio De Grazia, Marilina Ross, Selva Alemán, Beto Gianola, suplantando a Jorge Sobral. Su labor como actor de doblaje se prolongó durante cuarenta años, interpretando a las más diversas personalidades del cine mundial.

Con el conjunto de Dante Smurra grabó la milonga “Bragado”, con música del director en colaboración con Ricardo Malerba y letra de Enrique Maroni, y “Condena”, de Francisco Pracánico con letra de Enrique Santos Discépolo, que están en un LP del sello El Farolito.

Fue autor de letras de tango y folklore, que fueron incorporadas a los repertorios de muchos artistas populares. En 1976, con “Zamba para olvidarte” ganó en el Festival de Cosquín (el más importante de los festivales del género que se realiza en esa ciudad de la Provincia de Córdoba, todos los años desde 1961). Colaboró en este y otros temas con el cantor Daniel Toro, y con Ángel Cabral, el autor del gran éxito “Que nadie sepa mi sufrir”.

Asimismo, le puso letra a la chacarera “A los maestros rurales” de Cuti y Roberto Carabajal. Con música de Mauricio Marcelli escribió “Después de medianoche”, “El otoño y tú” y “Equivocados”. Con Miguel Montero, “Qué diablos pasa”. Con Mariano Mores, “Los clavos de mi cruz”. Con Pascual Otero, “Porque ella vive aquí”. Con Carlos Bergesio, el milongón “Cantá y cantá”. Con Leopoldo Federico dos bellas zambas: “Zamba de la extranjera” y “Cuando te pienso en zamba”.

Siempre fue reconocido por su buen caudal de voz y el controlado corte dramático de sus interpretaciones. Fue miembro activo en SADAIC, ocupando diversos cargos. En 2010, el Honorable Concejo Deliberante de su ciudad natal, 9 de Julio, lo distinguió por su labor cultural y su extensa trayectoria.