e muchacho se formó en las prácticas, en esa época en la que crear el propio tango y distinguirse de los demás era tan valioso como pensar en su filosofía y disfrutarlo sin acartonamiento. Después, como muchos de su generación entró a las milongas barriales.

Alguna vez, en entrevista con el investigador Sergio Pujol, recordaría: «Nos juntábamos en unos saloncitos muy humildes del Bajo Flores a bailar, cualquier día entre el jueves y el domingo, a la tarde. Éramos unas 50 parejas sin un peso. Llevábamos los discos, el fonógrafo y años después el Wincofón. El tango nos unía mucho».

Con el tiempo su creatividad y elegancia destacaron en las milongas. Realizó exhibiciones y enseñó a jóvenes bailarines que formarían la nueva generación de maestros.

Ya en los 90 se mudó a Europa y se radicó en Italia, donde descolló con presentaciones en festivales internacionales, creó su propia escuela y continuó reluciendo el bien ganado título de maestro.

Un abundante material audiovisual registró su paso. Fue entrevistado por el canal Solo Tango, paticipó del filme Tango Bayle Nuestro (Jorge Zanada) y llegó a bailar con Madonna en Evita (Alan Parker).

Alguna vez Pedro Monteleone dijo: «Nos juntábamos porque nos gustaba bailar», y la enseñanza de esa felicidad la multiplicó por miles.

El autor es profesor, bailarín e investigador del tango danza. Es autor de Nuevo glosario de tango danza, La pista del abrazo y Tango FAQs. www.tangosalon.com.ar / info@tangosalon.com.ar