Por
Roberto Améndola

ertenece al grupo de destacados instrumentistas del tango, formados en el marco de la música académica, y que actúan en las grandes orquestas de música clásica, ocupando los principales atriles. Horacio Cabarcos se desempeña también en la música popular con el virtuosismo adquirido gracias a una preparación rigurosa sumado al talento personal, pero abrevando de los músicos que crearon y engrandecieron el tango, el que interpreta conservando el sabor que le es propio.

Es la situación que transitaron Enrique Francini, Antonio Agri, Mauricio Marcelli, Fernando Suárez Paz y Roberto Di Filippo, entre otros.

Es sucesor de una pléyade de intérpretes que llevaron el contrabajo al primer plano, con presencia obligada en todas las agrupaciones formales, ocupando un lugar imprescindible, generalmente afectado a la parte rítmica.

El contrabajo —que hacía un siglo se había incorporado a las formaciones de música clásica merced al veneciano Domenico Dragonetti (1763-1846)—, hizo su ingreso formal en nuestra música popular cuando la gran orquesta Canaro-Firpo, creada para actuar en los carnavales de Rosario en 1917 y 1918 se completó con los mejores instrumentistas de la época, Eduardo Arolas, Osvaldo Fresedo, Agesilao Ferrazzano, Tito Roccatagliata, Pedro Polito, José Martínez, Juan Bautista Deambroggio —Bachicha—, entre otros y decidieron invitar a Leopoldo Thompson, un guitarrista que también incursionaba en el contrabajo, quien a partir de este conjunto se dedicó de lleno a su nuevo instrumento hasta el fin de su vida, lamentablemente muy breve. Thompson había sido, hasta ese momento, guitarrista junto a Eduardo Arolas.

Hubo algunos intentos previos esporádicos con Juan Carlos Cobián, Arolas, Julio De Caro, que no prosperaron, pero a partir de la experiencia en la agrupación Canaro-Firpo el contrabajo no abandonó más al tango.

Horacio vino al mundo en el seno de una familia en la que la música era fundamental y este instrumento tenía profundas raíces en ella. Nació en Lanús, ciudad muy cercana a la Capital Federal situada al sur del Gran Buenos Aires. A los 12 años, comenzó sus estudios de contrabajo con su padre, Fernando Cabarcos, gran contrabajista, como su primo Kicho Díaz. Ingresó luego al Conservatorio Nacional de Música y Arte Escénico Carlos López Buchardo, donde fue discípulo de los maestros Faustino Del Hoyo y Enzo Raschelli de Ferraris, mítico maestro de contrabajistas del Conservatorio Nacional y consagrado integrante de la Orquesta Estable del Teatro Colón, como solista y primer contrabajo durante décadas. Egresó de este Conservatorio en 1970.

Integró la Banda Sinfónica de la Fuerza Aérea Argentina entre los años 1967 y 1971, la Orquesta Sinfónica Juvenil de Radio Nacional y la Banda Sinfónica Municipal. Por más de 10 años perteneció a la Orquesta Sinfónica Nacional (1993 a 2004). También, integró la Orquesta Nacional de Música Juan de Dios Filiberto. En 1973, actuó en la Orquesta de Conciertos de Waldo de los Ríos y en 1981, participó de grabaciones para discos y películas junto a Lalo Schifrin.

Desde 1973, forma parte de la Orquesta Estable del Teatro Colón, con la que ha realizado grabaciones e importantes giras que abarcaron Europa y Latinoamérica. Es miembro fundador de la Asociación de Profesores de la Orquesta Estable del Teatro Colón. Integra —como protesorero— el consejo directivo de la Asociación Argentina de Interpretes (AADI).

La década del 70, no fue de las más estimulantes para el tango. Sin embargo, fue propicia para Horacio. En esos años ingresa con fuerza y convicción a las agrupaciones que se dedican por entonces a nuestra música ciudadana.

Fue requerido por muchos directores: Horacio Salgán, Osvaldo Tarantino, Leopoldo Federico, Osvaldo Requena, Aquiles Aguilar, José Colángelo, Orlando Trípodi, el Sexteto Buenos Aires, Julio Pane, Pablo Agri, Ensamble Trío, Grupo Octango, Los Músicos de Buenos Aires, Reinaldo Nichele.

Con motivo del fallecimiento de su padre, que integraba el trío y la orquesta de Leopoldo Federico, Horacio ocupó su lugar. Transcurría el año 1979. Bajo la dirección de Federico realiza giras por España, Japón, Rusia, Finlandia y países sudamericanos como Chile y Brasil. Además, actuaban en locales importantes de Buenos Aires, en la televisión y efectuaban numerosas grabaciones.

La Orquesta de los Grandes Maestros y Solistas que se reunió para celebrar el Día del Tango en el Teatro Colón lo tuvo entre sus componentes. También integró la Selección Nacional de Tango, agrupación que aglutinó en 2005 a maestros fundamentales en la actividad tanguera.

Con el Café de los Maestros participó en películas y grabaciones y recorrió diversos países como China, Singapur y Emiratos Árabes. También visitaron Hong Kong, Seúl, París, Atenas, Río de Janeiro, San Pablo, Curitiba.

A comienzos del siglo el Conservatorio Ciudad de Buenos Aires lo requirió entre sus maestros para ocupar el cargo de profesor de Contrabajo en el Tango. Implementó una enseñanza basada en metodologías propias para la enseñanza del contrabajo. Prosigue con su actividad docente hasta la fecha. En la provincia de San Juan, donde se realiza periódicamente el Festival Internacional del Contrabajo y al que concurren importantes músicos internacionales, Horacio es permanentemente invitado para llevar su cátedra de tango.

El Conservatorio Beethoven en 2006 realizó un «Curso de tango para instrumentistas», adjudicándole el seminario correspondiente al contrabajo.

En 2011 participa con Fernando Suárez Paz y el Sexteto Ástor Piazzolla para acompañar a la cantante Ute Lemper. Visitan Alemania, Suiza, Italia, España y Colombia.

En Bélgica, la Editorial Massa Music editó obras de su autoría para contrabajo y piano que grabaron, entre otros, Klaus Stoll y Thomas Martin. Compuso también gran cantidad de música popular, entre otros, los tangos “Pura amistad”, “Julio, el hada y el bandoneón” (dedicado a Julio Pane), “Me llaman luna”, “El repulgue”, los valses “Viejo patio” y “Lágrimas blancas”, entre otros.

Horacio Cabarcos goza del aprecio y admiración de sus colegas. Como expresión de este sentimiento Leopoldo Federico compuso en 2006 el tango “De tal palo”, en su homenaje. Ya al comenzar el siglo, Juan Morteo había compuesto “Concabarcos”, que en el año 2000 grabó el conjunto Todos Para el Tango.