otto provenía de un linaje de bailarines, desde su infancia el tango constituyó la quintaesencia de la familia. Su hermano mayor, Miguel Angel, es un ícono indiscutido del tango danza, productor y creador de la Compañía Tango x 2.

En un clima que alternaba el tango y la murga con el fútbol, Osvaldo aprendió los secretos de la danza popular que lo convirtieron en un referente insoslayable.

Su estilo encarnaba lo mejor de tango salón y se proyectaba en su joven figura. Se abrió camino a través de sus pasos elegantes, de sus caminatas sobrias y de giros impecables. Jamás se despegó del piso y nunca renunció a sus convicciones. Este bailarín sabía que no hacía falta mostrar acrobacias sobre el escenario para que el tango pudiera ser apreciado. Sencillamente confiaba en la sutileza del baile.

Durante su carrera fue partenaire de renombradas bailarinas como Mora Godoy, Guillermina Quiroga y Lorena Ermocida entre otras.

Siendo muy joven, fue su propio hermano Miguel quien lo acercó al mundo del tango danza. En la década del 80, junto a Mora Godoy captaron la atención del público a través de una serie de videos con clases didácticas denominado: Así se Baila el Tango.

Formando pareja con Guillermina Quiroga, ganó en 1989 el primer Certamen Municipal Hugo del Carril. De allí, pasaron a la compañía Tango x 2, que dirigían en aquel entonces Miguel Ángel Zotto y Milena Plebs. Osvaldo fue parte de dos espectáculos memorables: Una Noche de Tango y Perfumes de Tango.

En el año 1997 comenzó a bailar con Lorena Ermocida conformando así, una de las parejas más emblemáticas de los últimos tiempos. Juntos realizaron varias giras mundiales y fueron convocados por el cantante Julio Iglesias para formar parte de su espectáculo. Fue el propio artista español quien lo ha homenajeado con las siguientes palabras: «Hacía el amor de pie, bailando, yo lo admiraba».

Bailó en los teatros y escenarios más prestigiosos: el Metropolitan Opera House, el Royal Albert Hall, el Luna Park de Buenos Aires y con la Orquesta Sinfónica del Hollywood Bowl, lo hizo también, ante más de 50 mil personas en la ciudad de Los Ángeles, California.

También fue invitado al festival Buenos Aires Tango en France 2, en el Teatro Nacional Chaillot, de París, y participó en los festivales más importantes del mundo: Madrid, Sitges, Granada, Roma, Génova, Torino, Bologna, Hamburgo, Hannover, Miami y en su Buenos Aires querida.

Actuó para personalidades mundiales como el Presidente de Egipto y la Reina de España. Recibió también un reconocimiento de la UNESCO por su talento y trayectoria como bailarín.

Su vida se apagó demasiado pronto a causa de un infarto. La muerte lo sorprendió en su casa de San Juan y Boedo, esa esquina mitológica del tango argentino. Su entrañable amigo Tanguito Cejas lo encontró dormido para siempre.

Osvaldo Zotto encarnó como nadie el distinguido estilo del tango salón y la comunidad tanguera lo recuerda como a uno de sus hijos más dilectos.