José Corriale

Nombre real: Corriale, José Alberto
Seudónimo/s: Pepe
Percusionista, baterista y compositor
(4 septiembre 1915 - 7 noviembre 1997)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
Por
Horacio Ferrer
| Osvaldo Firpo

ue un solicitado percusionista, aclarando que la percusión no carece de tradición tanguera. La batería apareció en los conjuntos típicos durante la segunda década del siglo veinte.

El nombre de Pepe es uno de los pocos que aparece cada vez que se nombra el instrumento. Fue mucho más que un baterista fue un músico cabal e, inclusive, un teórico de su propio arte, como lo demostró en su trabajo La batería en el tango. Allí, recuerda que en una grabación realizada con la orquesta de Raúl Garello, la batería llega al borde de lo increíble —atrevimiento que no podía ser pensado en la década del 40 o del 50—, cuando con ese instrumento se realizó la variación de “Canaro en París”.

Integró con su instrumento las orquestas de Francisco Canaro, Osvaldo Fresedo, Julio De Caro, Carlos García, José Libertella, Armando Pontier y Lucio Demare, con esta última cuando era música para películas. Además, en varias formaciones de Mariano Mores y de Astor Piazzolla, como aquella de 1968, para la operita “María de Buenos Aires”.

Fue requerido también, para la Orquesta Sinfónica Nacional. Durante diecisiete años, fue asesor musical del Teatro Ópera, cuando grandes figuras internacionales se presentaban en ese importante escenario porteño. Entre ellas: Paul Anka, Caterina Valente, Cab Calloway, Sammy Davis.

Recorrió numerosos países como acompañante de la española Naty Mistral. Fue el primer presidente del Sindicato Argentino de músicos.

En un reportaje dijo de sí mismo: «Confieso que desde los once años de edad ejecuté la batería y he hecho todos los géneros. Al tango lo llevo en el alma, siempre quise que la batería tuviera otra presencia en su ritmo».

Formó el Quinteto Pepeco, en el mismo incorporó a la interpretación del tango, timbres hasta entonces inéditos incluidos algunos que, logrados con platillos, crearon nuevos colores y novedosas variantes rítmicas. Piazzolla le permitió utilizar bongós, tomtones, bells y el güiro. «La rítmica que incorporé con los tomtones en los rellenos, hoy es usada por casi todos los arregladores que, cuando no cuentan con batería, tratan de imitar los mismos golpeando la caja del contrabajo o del bandoneón».

Estudió en el Conservatorio Musical Manuel de Falla y luego piano, con la profesora Weingard. Fue profesional desde 1930. Muchos cantores lo tuvieron formando parte de los conjuntos que los acompañaban, como Susy Leiva, Carlos Acuña, Edmundo Rivero, Aldo Campoamor, Horacio Deval y otros. Intervino en numerosas grabaciones. Ejerció la docencia, compuso obras de género internacional y compuso un tango “Julián Centeya [b]”, destinado a homenajear al poeta.

En el transcurso de su carrera debió ignorar algunos desdenes, por el prejuicio generalizado que se tiene de la batería en el tango, pero, cuando de recordar un baterista se trata, siempre surge primero su nombre.