Por
Horacio Loriente

na expresión feliz y certera de Erasmo Silva Cabrera (Avlis): «Carlos Warren estuvo siempre, por todas las condiciones que adornaron su vida, a la vanguardia de los músicos montevideanos. Al amparo de sus conocimientos, de su experiencia y de su permanente lucha por el tango».

Nació en Mercedes, departamento de Soriano, en la casa número 16 de la calle Alzago (hoy Florida). Su padre Carlos, desaparecido tempranamente, fue abogado, periodista, escritor y vicerrector del Colegio Nacional de Concepción del Uruguay (provincia de Entre Ríos). Su madre, Rosa Mernies, le dio sus primeras lecciones de piano.

Contrariando a su familia, Carlitos comenzó en 1908 a tocar el piano en su ciudad natal, en cafés y casas de familia. El primer tango que interpretó fue “Cololó”, del violinista Santos Retali, también oriundo de Mercedes.

Debutó en el Teatro Casino de su ciudad, interpretando “La morocha”. Después, con un amigo se escapó de su casa, primero fue a Gualeguaychú y luego, se trasladó a Buenos Aires. Allí se empleó en una escribanía, tocando el piano en cines y cafetines, sin éxito. Admirador de Roberto Firpo, asimiló mucho de él, apreciando sus virtudes, cultivando además su amistad.

En 1913, frente al cabaret Armenonville, donde actuaba Firpo, en un lugar llamado La Glorieta, Warren integró un pequeño conjunto con el violinista Pedro Aragón y un flautista cuyo nombre desconocemos.

Retornó a Montevideo en el verano de 1914 y trabajó en el café Petit Salón de la calle Andes, en los bajos del Moulin Rouge, con el violinista Ataliva Galup y Minotto Di Cicco, que tocaba un acordeón semitonado. En 1915, Warren actuó en el famoso café Au bon Marché de Florida y Soriano, con Félix Rodríguez en bandoneón y el violinista Padilla. A fines del año se originó un incidente y el pequeño conjunto perdió su trabajo. A consecuencia de ello, se produjo la contratación de Juan Maglio (Pacho) en aquel local.

Pasaron a realizar sus actuaciones en el café Juncal donde una noche concurrió Pacho a saludar a sus colegas. Warren, en la ocasión, tocó el tango “Cielito” en su homenaje, retribuido por Pacho con su solo de bandoneón del tango de Pascual CardaropoliLa sonámbula”.

En 1916, del Juncal pasó a actuar, junto a Minotto y Padilla, en el Moulin Rouge. En la vereda de enfrente, en la bohardilla del Hotel Comercio, vivía Pascual Contursi. En intervalos, Warren lo acompañaba al piano, cuando éste ponía versos a “El flete”, de Vicente Greco, a “La biblioteca”, de Augusto Berto y otros. Allí se produjo un hecho trascendente cuando Contursi —acompañado por Warren—, cantó por primera vez “Mi noche triste (Lita)”.

En noviembre de 1916 un incidente lamentable culmina con la muerte de Pancho Zerbino, habitué del Moulin, provocando el cierre temporario de la sala y la disolución del pequeño conjunto. Al año siguiente, retornaron Warren y Minotto, esta vez acompañados por los violinistas Federico Lefémina y Juan Tróccoli. En esas circunstancias, Gerardo Matos Rodríguez puso en manos de Warren un manuscrito de “La cumparsita”, rechazado por Minotto, probablemente, por deficiencias de escritura.

Unos meses después de haberse presentado Eduardo Arolas con su conjunto en Montevideo, este realizó una gira por la provincia de Buenos Aires, era el año 1919. Cuando estaba en la ciudad de Tres Arroyos, lo abandonaron José María Rizzuti y Julio De Caro. Esto obligó a Arolas a suplir la ausencia de De Caro con Miguel La Salvia y convocar urgentemente a Warren en reemplazo de Rizzuti. La orquesta se presentó en el cabaret Maxim’s unos meses hasta fin de año, luego se disuelve y Warren y Arolas volvieron a Montevideo.

Warren volvió a formar orquesta, esta vez con Arolas y José Quevedo (bandoneones) y Edgardo Donato y José Pécora (violines) presentándose en Carrasco y Parque Hotel. En agosto de 1919, formaron el rubro Arolas-Warren y actuaron en el Casino Pigall bajo la dirección de Sarita Davis. Por entonces, Warren inició sus actuaciones en el Club Uruguay, siendo animador de sus temporadas por muchísimos años. El bandoneonista y el pianista se separaron pero la amistad siempre sería la misma e incluso, actuando en forma especial, en septiembre de 1921, en el cine Trianón de la Avenida 18 de Julio, en los llamados Viernes Azules. Los anuncios decían: «Típica Warren secundada por el profesor Arolas, notable ejecutante de bandoneón». En la misma sala, Warren dirigió una orquesta clásica durante algunos años.

Sin precisión de fecha, pero a comienzos de la década del 20, formó la primera orquesta de jazz en Montevideo, figurando la foto en partituras de maxixas y otros géneros. Warren era el director y pianista, Edgardo Donato y José Pécora (violines), Julián González (batería), Rafael Vinci (saxo) y Martín Pons (flauta).

En abril de 1921, fue uno de los fundadores de la Asociación de Pianistas realizada en los salones del desaparecido diario La Noche. En esta entidad, que funcionó hasta 1929, se concentraban todas las solicitudes de trabajo para las salas de espectáculos, cafés, cines, etcétera, no sólo para los pianistas sino para los músicos en general.

En 1924 revistaban en su orquesta, Roberto Zerrillo en violín y Alberto Rodríguez en bandoneón. Antes, en el carnaval de 1922, Juan José Castellanos y Edgardo Donato eran sus violines y Julián González, baterista, presentándose en el Parque Hotel.

En febrero de 1924, fue convocado por la revista Mundo Uruguayo, como jurado musical de un gran concurso de tangos, junto al maestro Alfredo Pignalosa. El evento consagró primer premio al tango “Mundo Uruguayo”, del joven autor Juan Bautista D’Angelo.

En una de sus consagratorias actuaciones en el Club Uruguay, fue felicitado por el Príncipe de Gales, momento que siempre recordaba con satisfacción y alegría.

La desaparición de la Asociación de Pianistas coincidió con el advenimiento del cine sonoro en Montevideo. Desaparecía así, una importante fuente de trabajo para los músicos. Los pocos cafés con palco resultaron insuficientes para la labor de los músicos. Aún en medio del desconcierto y de las dificultades, Warren siguió luchando para agrupar los músicos en otra institución. Fue la que antecedió a la Asociación General de Autores del Uruguay que funciona actualmente. El cantor y autor Carlos Marambio Catán dijo de él: «Warren era un verdadero gentleman, amable y correcto en todos sus actos».

En noviembre de 1933, la Típica Warren hacía sensación en los estudios de CX46 Radio América. Hacía un repertorio de muy buen gusto y contaba con excelentes músicos: Pedro Casella y Luis Altieri (violines); Alfredo Gianni y Pedro Macchi (bandoneones) y Francisco Pitocco (contrabajo). Simultáneamente, trabajaba en el cabaret Alcázar (Tacuarembó 1475) haciendo jazz y varieté, en tanto, los tangos los interpretaba al frente de otro elenco, Juan Manuel González Prado. Algunas noches tuvieron entre el público a Carlos Gardel.

También actuó con su orquesta en el incipiente cine nacional. En 1938 formó parte del elenco de Soltero Soy Feliz, que encabezaban Ramón Collazo, Alberto Vila y Mirta Reid. Dos años más tarde, colaboró con su orquesta en las distintas etapas del gran concurso popular organizado por AGADU, con presentaciones en varios cines de Montevideo. Su inquietud lo impulsó en 1941, a formar una gran orquesta característica, debutando en Radio Nacional con tres cantores: Violeta Gómez, Wilfredo Ferradenz y Jorge Warren, quien también interpretaba el acordeón.

Su obra más exitosa es “Siga el tango”, que muchos años después reviviría su fama, al transformarse en candombe con el nombre de “Siga el baile”. Otros títulos: “Porque te quise” —con letra de Yonegal, su primer tango grabado—, “Compadrito” —con letra de Carlos Álvarez Pintos—, “Marcelo” —en colaboración con Félix Donato y letra de Miguel Héctor Escudero—, “Alma de milonga [b]” —en colaboración con Juan Baüer—, “Cuesta abajo [b]” —homónimo al de Gardel y Le Pera, con versos de Carlos César Lenzi—, “Qué me importa [b]”.

Hasta el final, su simpática figura fue infaltable en los eventos tangueros. Sin duda alguna, Carlos Warren es un músico trascendente y consular en la historia del tango rioplatense.

Extractado de: Loriente, Horacio: Ochenta notas de Tango. Perfiles Biográficos, Ediciones de La Plaza, Montevideo 1998. Auspiciado por la Academia de Tango del Uruguay.