Ricardo González

Nombre real: González Alfiletegaray, Ricardo
Seudónimo/s: Muchila o Mochila
Bandoneonista y compositor
(20 noviembre 1885 - 30 septiembre 1962)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
Por
Oscar Zucchi

ste músico, nacido en el porteño barrio de San Cristóbal, comenzó como guitarrista. Fue quien le enseñó a Eduardo Arolas a tocar ese instrumento. Vecino y amigo de los Canaro y los Greco, justamente fue Vicente Greco quien lo inclinó hacia el aprendizaje del fueye.

Se lo registra, en los dos años anteriores al Centenario, en un café de esquina, la de Pasco y Constitución, haciendo dúo con el guitarrista Félix Camerano, El Tuerto.

En 1910, se destaca su paso por el pueblo de San Martín en el local llamado La Milonga de Don Juan y Doña Virginia, lugar donde en sus comienzos actuara Augusto Berto. En aquel sitio fue reemplazo de Vicente Greco. También ese año anduvo por el Argentino de La Boca, acompañado del pianista negro Harold Phillips y el violinista Eduardo Monelos.

En 1911, completa un trío junto a Prudencio Aragón, al piano y su hermano Pedro en el violín, para presentarse en otro café de La Boca, es entonces cuando compone “El fulero”, su primer tango.

Al año siguiente, recorre algunas ciudades cercanas a Buenos Aires. Cabe destacar su presencia en Ayacucho, donde compone su tango de mayor repercusión: “La rosarina”.

Según el periodista Julián Porteño, la inspiradora se llamaba Zulema Díaz y era hermana de una de las bailarinas del espectáculo, que se carteaba muy seguido con aquella, residente en Rosario. Un día, la vino a visitar, creída que era ama de llaves de una estancia llamada La Alegría, pero el cochero la llevó al local bailable con esa denominación. Cuando Mochila la vio quedó admirado por su belleza y de allí el título del tango. Como además bailaba bien fue contratada y rápidamente integrada al conjunto de coristas.

Tiempo después, en 1925, junto a Carlos Espósito, hermano del Tano Genaro, se embarcaron en el Cap Polonio rumbo a Europa. Primero Montmartre, para actuar en el Cabaret Perroquet donde poco antes había actuado Arolas, ya fallecido. Y allí conoció al último amor del gran compositor, una bailarina de nombre Bernardette. Tras unos meses de actuación retornó a la Argentina, pero casi de inmediato lo requirió Francisco Canaro para volver a París.

Como músico de línea estuvo en la ciudad de Deauville y en los cabarets Les Ambassadeurs y Florida. La agrupación de Canaro en ese año 1926, estaba integrada por Miguel Orlando, Pedro Polito y Mochila (bandoneones); el mismo Canaro, Domingo Demare —padre de Lucio y de Lucas—, más dos músicos franceses en violines y Lucio Demare (piano).

Unos años más tarde se produjo el regreso definitivo de Ricardo González a su país y por razones que desconocemos resolvió abandonar la profesión activa. Fue un retiro voluntario.

Como compositor podemos citar varios títulos. El primero de su cosecha y uno de los más populares: “El fulero”, dedicado a Francisco Canaro. Fue grabado por el Quinteto Criollo Augusto, de Augusto Berto, en 1913 y en la misma época, por el Quinteto Criollo El Alemán, de Arturo Bernstein, ambos para el sello Atlanta.

Otras páginas: “Acuérdese usted de mí”, “Don Benjamín”, “Dora” (grabado por Canaro en 1924), “El selecto” (por la Orquesta Típica Select” en 1920), “Juanita”, “La cascada” (por Juan Maglio en 1916), “La mimosa [b]” (por la Orquesta Select, 1920), “Punto alto”, “Salazar”, “Se acabó la yeta”, registrado por Osvaldo Fresedo (1928) y por Pedro Maffia (1929/30), el vals “Hasta después de muerta”, grabado por Canaro para el sello ERA, entre 1916 y 1917.

Por último, su tango “La rosarina” merece un párrafo aparte porque fue el que más trascendió. Lo llevaron al disco la orquesta de Félix Camerano (1915), la Orquesta Típica Victor (1930); Alberto Diana Lavalle en solo de guitarra (disco Odeón 1050); Roberto Firpo en tres oportunidades con su cuarteto (1936, 1944 y 1949); la orquesta de Juan D'Arienzo (1937) y el Quinteto Pirincho de Francisco Canaro (1944).

Extraído del libro: El tango, el bandoneón y sus intérpretes. Tomo I.