Alberto Lago

Nombre real: Lago, Rodolfo Alfredo
Cantor, letrista y compositor
(2 noviembre 1919 - 8 septiembre 1999)
Lugar de nacimiento:
Chivilcoy (Buenos Aires) Argentina
Por
Héctor Oviedo
| Gaspar Astarita

ació en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, ciudad distante unos 150 kilómetros de la Capital.

Los comienzos de su vida artística difirió muy poco a la de tantos cantores de su época. Después de los estudios, algún trabajo para ayudar a la familia y su necesidad de cantar. La vocación. Fiestas familiares, algunos clubes de segundo orden y la relación con el pianista Lorenzo Pasturenzi con quien tomó clases de vocalización.

Así fue que poco tiempo más tarde, se presentó en el cine Metropol, acompañado de su maestro y un joven violinista considerado tiempo más tarde el mayor arreglador que ha tenido el tango, Argentino Galván. Era el año 1935.

Por el gusto de conocer la gran ciudad acompañó a un familiar que viajaba a Buenos Aires, aquel regresó solo. Pasaron dos años aprendiendo a conocer el ambiente y recién en 1938, apareció en la orquesta de José Luis Padula por Radio Callao. Debutó con “Duelo criollo”, de Juan Rezzano, bandoneonista de la orquesta.

Como Padula tenía además un conjunto folclórico, Los Nativos, también participó en esa formación en Radio Fénix y así, su primera llegada al disco cantando a dúo con Vicente Belvedere, el autor de la melodía de “Barrio pobre”.

Se incorporó a la orquesta de Pascual Biafore por corto tiempo y, de allí, como solista en la boite Lua de la calle San Martín al 600. Local en el que se presentó varias veces a través del tiempo.

Comienza 1940 y Hugo Del Carril le propone visitar a Tito Ribero, hombre vinculado al cine y exclusivo de los arreglos y la dirección de la orquesta que solía acompañar al cantor. Ribero y Lago emprenden una gira juntos. Luego acepta la convocatoria de Enrique De Lorenzo para animar las noches del Tabarís y viajar a Chile, el pianista es José Basso.

Y fue otro cultor del piano quien le permitió destacarse en una orquesta, entonces de primera línea, la de Rodolfo Biagi, como este no veía bien que hubiera dos Rodolfo, le propuso utilizar su segundo nombre, de allí en mas fue Alberto Lago. Debía ocupar el lugar de Jorge Ortiz que había pasado al conjunto de Miguel Caló. Fueron cinco meses y cinco temas registrados en el disco.

Su próximo destino fue como solista en Radio El Mundo, acompañado por la orquesta estable de la emisora dirigida por Juan Larenza y, también, por guitarristas como: Remersaro, Robles y Laino.

Al poco tiempo, Osvaldo Pugliese lo llamó para colaborar con su cantor Roberto Chanel y después un nuevo paso, la orquesta de Julio De Caro, haciendo radio, teatro y locales diversos. Lamentablemente, con ninguno de los citados pudo llegar al disco. Sí, por fin, cuando para la Victor —con la orquesta de Juan Caldarella— deja doce títulos, con la peculiaridad que ninguno fue un tango: valses, pasodobles y otros ritmos.

Entre 1945 y 1947, dos Canaro aparecen en su carrera: Rafael, recién llegado de Francia, lo cita para una temporada en el Cabaret Casanova —donde comparte los cantables con Carlos Dante— y luego, Humberto, el contrabajista, con quien emprende una larga gira recorriendo casi todas las provincias del país.

Su trabajo prosigue con César Zagnoli y su orquesta en el Maipú Pigall y Radio Mitre. Con orquesta propia hace una temporada en la boite del Hotel Crillón. A instancias del periodista Ricardo Lleras, realiza un breve papel en el Teatro Mayo, cantó acompañado por un trío compuesto por los hermanos Cucaro, autores de la milonga “Silueta porteña”. Animó Postales sonoras, programa por Radio Stentor. Viajó a Brasil, actuando en lugares nocturnos, en televisión y graba un larga duración.

Al regresar, se entera que Juan Carlos Cobián ha formado un cuarteto y lo llama para que sea su cantor. Actúan en varios cabarets. Tras esta temporada, nuevamente la posibilidad de grabar, esta vez un disco doble. Pepe Márquez pianista de Osvaldo Fresedo prepara un trío junto a Alberto García (bandoneón) y José Campesi (contrabajo), pomposamente lo llaman Las Estrellas del Tango. Graban para el sello Flamingo. Viajan a Colombia en 1963. La rutina es la misma, locales, radio y televisión. Durante un año permanecen en aquel país. Cuando deciden volver, Alberto recibe una oferta para viajar a Norteamérica. Se presentó en numerosos shows que le dan buen rédito.

Luego, el regreso definitivo. Se dedica a diversas tareas comerciales vinculadas al espectáculo con diversas fortuna. Pero encuentra un lugar cómodo en SADAIC, entidad de la que era socio desde 1950 y donde registró algo más de 70 temas. Cuando Roberto Pansera asume la presidencia, ocupó el puesto de asesor adjunto, fue hacia 1982 y allí se quedó desempeñando actividades administrativas.

En 1993, comentan que escribió un libro autobiográfico donde hace especial mención de numerosas anécdotas recogidas por su memoria, luego de tantos viajes y una trayectoria tan extensa. Al respecto expresó: «De la gente guardo sólo las virtudes. Los defectos los desecho porque ocupan un espacio inútil y enferman el alma».

Extraído de la revista Tango XXI, Nº 12 (1997) y de Tango y Lunfardo, Chivilcoy.