De antaño

Milonga 1939

Música: Luis Rubistein

En la calleja querendona y suburbana,
los pregones más humildes
ponen sol en las mañanas
y las muchachas, junto al carro verdulero,
se estremecen al piropo
del galante vocinglero.
Hay un revuelo de trenzas y percales,
policromía brillante de arrabal
y en cada puerta pone el sol con sus raudales,
un poquito más de vida
y otro amor sentimental.

Tiempo
de pantalón a la francesa,
noches
en que reinaba la ilusión,
cuando el amor se volcaba en serenatas,
luna de plata
sobre el balcón.
Tiempo.
del bordonear de las guitarras,
bajo
los techos verdes del parral,
cuando el clavel se enredaba en la guedeja,
junto a la oreja
de algún zorzal.

Los viejos valses del renguito organillero
que bailaba en la vereda
el monito milonguero,
y la caída de la tarde dibujaba
un gris melancolía
que en la noche se encerraba.
Y eran jardines de rosas y malvones
los que colgaban temblando del balcón.
Mi Buenos Aires, con mi cofre de emociones
en la pena del recuerdo
hoy te doy mi corazón.