La cardíaca

Poema lunfardo

Te vi serio, diquero, con gran pinta de trompa,
atracando tu bote, pavada e'checonato.
Y yo, que te rejuno profundo hace rato,
recordé cuando usabas remendao el talompa.

Me saludaste lerdo, medio de cotelete,
vista la mishiadura patente de mi facha;
y pensé que la escuela canera de tu hilacha
te apuntaló el pelecho.
Siempre, desde purrete, recorriste baquiano
la cancha facilonga del acomodo,
siempre fuiste luz en la conga de manotear tupido,
siempre primero vos.

Minas, guita, hasta honores
¿y para qué tanta viveza?
Si mañana en la catrera,
en la calle o en la mesa,
te chapa la cardíaca... y adiós.


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La cardíaca