Oh, penas mías!

¡Oh! penas mías... de amor, crueles penas,
que en el tiempo se agigantan
y en los acordes de mi viola cantan,
cantan y lloran como el ruiseñor,
lloran la luz excelsa de sus ojos
para siempre ya perdida
cantan borrachos de dolor la herida
que cruel destino en mí dejó...

Mujercita bella y buena,
la noche que tus cabellos
no es más negra que mi pena
y en las sombras de mi cielo
y en la triste soledad de mi alma
como de una muñeca deshecha
llega la luz de tus ojos
a encender mi gran dolor...

¡Oh! penas mías, de amor, crueles penas,
que en el tiempo se agigantan
y en los acordes de mi viola cantan,
cantan y lloran como el ruiseñor
lloren la luz excelsa de sus ojos
para siempre ya perdida
cantan borrachos de dolor la herida
que cruel destino en mí dejó...

¡Cuan pobre juventud querida!
que agonizas poco a poco
por un amor imposible
por un amor, otro loco,
y al pensar que nunca serás mía
tuyo es el recuerdo más erguido
y en la sombra de mi vida,
llevo oculto mi dolor...

Tango
Canta Carlos Gardel Guitarras de Barbieri y Ricardo
1925 Buenos Aires Odeon 18142 3049