A Carlos Gardel

Poema evocativo

Fuiste el cantor del pueblo de voz potente,
maravilla sublime por natural,
ruiseñor en las noches de voz doliente
y en pleno sol tu trino fue de zorzal.

Poblose con tu canto la lejanía,
mago que de los yuyos hicistes flores,
y, hasta en los duros versos, tu poesía
cobró el divino encanto de los amores.

De todos tus cantares tú fuiste el guía,
que pusieras al canto luces de estrellas,
y al impulso perfecto de tu armonía
tus canciones humildes fueron más bellas.

Las musas se doblaron al dulce yugo
de tu voz que, no hay duda, fuera un tesoro;
pudiste haber cantado los versos de Hugo,
agregando más brillo sobre aquel oro.

"El día que me quieras" fue algo sublime,
pues tenía la enjundia de Amado Nervo,
mientras que el Viejo Pancho, que te redime,
te dio la esencia gaucha de nuestro acervo.

El arrabal que tiene también sus rosas,
perfumadas o truncas por lo inhumano,
pudieron en tu pecho ser más hermosas
al tener el gracejo de "Mano a mano".

Inmortal por tu canto de hermoso trino,
la senda de tu gloria se ve más ancha,
por ser el invencible criollo argentino,
y el primero en lucirte en cualquier cancha.


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