Después de varios lustros

Poema lunfardo

Pasaron ya varios lustros
que no volvía a la esquina,
del barrio donde nací,
ya no está aquel buzón,
al que algún enamorado
dejaba alguna carta
escrita para su amada,
con letras del corazón.

Y aquel kiosco redondo,
con parasoles de lona
con rayas multicolores,
que fue el mudo testigo
de amores y confesiones,
de peleas callejeras,
de los partidos de fútbol
y de grandes discusiones.

¡Como a cambiado mi barrio!,
a las calles de empedrado,
las cubrieron con asfalto,
las casas de techos bajos,
por edificios de alto,
y los patios de ladrillos
que había en los conventillos
los cambiaron por mosaicos.

Ya no se oye algún tango
escapar de las ventanas
con su suave melodía,
solo se escucha pachangas,
con letras sin contenido,
que al porteño lo ha sumido
en total melancolía.