Mortadela

Poema lunfardo

La tengo rejunada
y la mina también me campanea,
es gorda, petisa y linda.
¡Toda una mortadela!...

Al junarla tan papa
yo pienso en su caída,
porque hay que ver, sandié, qué mueble
regio y qué grela de línia.

Yo sé que a todo el mundo le da bola
y eso es lo malo.
Al final v'a caer
en las manos cachusas de un garabo.

Y el coso, ni qué hablar,
la meterá en la vida cayejera,
porque es una purreta macanuda.
¡Toda una mortadela!...

Así se pierden muchas percantinas
que rajan del suburbio
y se encaman, después, por cinco mangos
con cualquier turro.