Por
Ricardo García Blaya

El Cantor del Tango: Su evolución en el tiempo - El cantor nacional

l cantor solista de fines de siglo y, hasta muy avanzados los años treinta, fue el denominado «cantor nacional"» El motivo del nombre se debía a la naturaleza del repertorio, en general folclórico surero —música carácterística de la llanura de la provincia de Buenos Aires— compuesto por cifras, estilos, zambas, milongas y, que a partir de los primeros años del siglo veinte incorpora el «tango milongueado» de letras picarescas y casi siempre anónimas, para llegar por último, un tiempo más tarde, al «tango canción».

Resulta evidente que nuestro cantor nacional tiene un parentesco indiscutible con el payador —pionero en la poesía musical y criolla— tanto por su repertorio como por el estilo de su interpretación.

Carlos Gardel fue sin duda no sólo el más grande intérprete del tango de todos los tiempos sino también el ejemplo más acabado de lo que significaba un cantor nacional. En sus comienzos grabó para el sello Columbia Record, quince grabaciones que son testimonio de esta etapa donde podemos comprobar un repertorio folclórico carente de tangos.

Desde Gardel —allá por 1912—, hasta Hugo del Carril —a fines del treinta—, todos los grandes solistas del tango pertenecieron a la categoría de cantor nacional.

Así podemos nombrar a Ignacio Corisini, Agustín Magaldi, Charlo, Alberto Gómez, Mario Pardo, Agustín Irusta, Roberto Díaz, etc.

Es cierto que cuando surge el «tango canción» se modifica la participación dentro de los repertorios y el tango empieza a mandar sobre los otros géneros.

Los tríos típicos de la vieja guardia —guitarra, flauta y violín— al incorporar primero al bandoneón y después al piano, se transformaron en cuartetos, quintetos y sextetos, que para comunicar al público que ejecutaban tangos exclusivamente agregaban al nombre de sus formaciones dos palabras: Típica y Criolla, o solamente la primera.

El cantor nacional, casi siempre acompañado sólo por guitarras, convivió durante muchos años con estas formaciones orquestales que hacían el tango en forma instrumental únicamente. Eran dos carriles que funcionaban en paralelo.

Por un lado los solistas acompañados por pequeños conjuntos o simplemente con guitarras, y por el otro las orquestas, generalmente sextetos que también ejecutaban tangos con letra, pero la melodía la cantaban los instrumentos, ya sea en solos o en duetos, pero sin ningún cantor, a lo sumo algún coro de los propios músicos de muy corta duración.