Por
Roberto Selles
| Néstor Pinsón

Argañaraz, su historia y sus letras

rancisco Argañarás y Murguía fue el conquistador español que, en 1593, fundó la ciudad de San Salvador de Jujuy. Pero si alguien piensa que a él dedicó Roberto Firpo su tango “Argañaraz (Aquellas farras)”, está completamente equivocado, o al menos equivocado en parte. En realidad, la composición fue dedicada a cierta casita de la calle Argañaraz —que sí lleva el nombre en recuerdo del conquistador— en la que tocaba su autor allá por 1913.

Argañaraz es una oculta cortada de apenas una cuadra, ubicada entre la avenida Estado de Israel y la calle Lavalleja, en el barrio de Villa Crespo. En el número 39 estaba ubicada la casita (local de baile en el que las bailarinas eran prostitutas) cuyas veladas animaba Firpo con su piano. No es el único caso en que el título de un tango designa a uno de tales sitios. Cuando a Eduardo Arolas le tocó actuar en una casita de la calle Catamarca y a Rosendo Mendizábal en otra de México, estos músicos produjeron respectivamente “Catamarca” y “México”.

Podemos agregar que la calle fue bautizada por ordenanza municipal del 27 de noviembre de 1893, pero recién en la década de 1970 algún curioso empleado municipal detectó que el homenajeado era Francisco Argañaras y Murguía, conquistador nacido en Guipúzcoa (España) en 1549. Muy joven se incorporó a la expedición de Juan Ramírez de Velasco. Entró en territorio de Tucumán y fue participando en todas las campañas contra los indios calchaquíes. El error en la grafía del apellido, escrito durante décadas con z al final, fue subsanado el año citado. Pero el tango ya había sido registrado como “Argañaraz”.

Pues entonces, en aquella calle existía esa casa de baile que no trascendió en absoluto en la reseña de los estudiosos como otras que sí lo hicieron: Lo de María la Vasca, Lo de Mamita, Lo de Laura y otras. Pero de su sala con balcón a la calle era habitual escuchar la música del piano de Firpo. Entre los habitués a las reuniones musicales, se destacaba el señor Alfredo Pini, caballero de buena posición económica y por lo tanto entreverado en un sector social muy superior. Era generoso con los musicantes que animaban aquellas noches de polcas y tangos propicias para la alegría y el amor. Fue allí que la inspiración de Firpo nos dejó el tango y se lo dedicó al señor Pini.

Años más tarde, alrededor de 1942, volvió el tango como vecino formal, esta vez, de esa calle. «En el número 76 se instaló una nueva familia, matrimonio con varios hijos varones. Y entre la baraúnda de la mudanza vimos bajar un piano, un par de guitarras y creo que también un bandoneón. Al día siguiente, de tardecita comenzaron a oírse canciones criollas y tangos desde el piano. ¿Quién era el ejecutante? José Luis Padula. Familia de costumbre campechanas, pronto invitó a los chicos vecinos a pasar a la sala para escuchar y ver las ejecuciones de los instrumentos. Pero el buenazo de Padula murió pronto, en 1945». (testimonio recogido por Jorge Larroca).

“Argañaraz” era un tango puramente instrumental, hasta que obtuvo letra. Pero no una, sino dos. Quizá la primera de ellas sea la del letrista rosarino Germán Roberto, que la tituló “El canillita”, haciendo caso omiso del título original.

Otro tanto ocurrió cuando Enrique Cadícamo le aplicó sus propios versos que tituló “Aquellas farras”. «La música de algunos viejos tangos, anteriores al año 1920 —refiere este último letrista— de tanto escucharlos, comenzaron a metérseme en los oídos. Me gustaba uno que se llamaba “Argañaraz”, al que veinte años después, cuando ya me había convertido en autor de tangos, por encargo de su autor, Roberto Firpo, le adapté unos versos».

Esta letra fue estrenada por Rosita Montemar, el 20 de mayo de 1927, en la obra de Carlos Schaeffer Gallo titulada Las muchachas de antes no usaban melena (Teatro Smart, compañía Blanca Podestá).

Carlos Gardel, por su parte, la llevó al disco el 1 de abril de 1930, acompañado por Rodolfo Biagi (piano), Antonio Rodio (violín), Guillermo Barbieri, José María Aguilar y Ángel Domingo Riverol (guitarras).

Grabaciones de “Argañaraz (Aquellas farras)”:
Solo de piano de Roberto Firpo (Instrumental), 1912
Orquesta Típica Criolla Alfredo Gobbi (Instrumental), 1913
Orquesta Roberto Firpo (Instrumental), 1914
Carlos Gardel, con guitarras de Aguilar, Barbieri, Riverol y Biagi (P) y Rodio (V), 1930
Orquesta Ricardo Tanturi (Instrumental), 1940
Orquesta Adolfo Pérez (Pocholo) (Instrumental), 1949
Orquesta Joaquín Do Reyes, canta Enrique Lucero, 1950
Orquesta Ángel D'Agostino, canta Tino García, 1952
Orquesta Héctor Varela (Instrumental), 1959
Orquesta Juan D'Arienzo, canta Armando Laborde, 1966
Conjunto Rafael Rossi «De La Guardia Vieja», con glosas de Andrés Chinarro, 1977
Carlos Acuña con guitarras de Adolfo Carné, 1983
Orquesta Alfredo De Angelis, canta Rubén Linares, 1985
Trío Ruthie Dornfeld (Instrumental), 1994
Cuarteto Roberto Firpo [h], canta Edmundo Muni Rivero, 1996
Cardenal Domínguez con su Cuarteto, 2003
Cristóbal Repetto, con solo de violín de Javier Casalla, 2005
Orquesta Miguel Villasboas (Instrumental)