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Por
Luis Bates
| Héctor Bates

Cipolla - Reportaje radial a Antonino Cipolla

ació en la ciudad de Agnone, provincia de Isernia, en la región Molise, Italia, a 170 kilómetros al sur de Roma, el 24 de diciembre de 1889. No tenemos la fecha precisa de su muerte, sólo el año (1969), pero sabemos que fue en nuestro país. Estudió violín con Ercole Galvani y armonía con Cayetano Troiani.

Pese a su formación académica se dedicó al tango. Comenzó con el violín pero en los últimos años su instrumento fue el piano.

Títulos de su autoría, los tangos: “A mí nunca me mordió un chancho”, “Centenario”, “Atilio”, “El maximalista”, “El puma”, “Idilio”, “Sonaste viejo”, “Nuevo auxilio”, “Pasame un mate china”, “Un buen gaucho”, “Juan Sin Ropa”, “Sentimental”, “Salve”, “Tricromía arrabalera” y el pasodoble “Granuja”.

«En realidad, a mí nunca me mordió un chancho, pero en aquellos tiempos, fue en 1908, faltaban las diversiones y esa fue una forma de hacerlo entre los músicos, ¡se inventaba cada título! En realidad yo considero mi primer tango a “Centenario”, por supuesto de 1910.

«Llegué al país con mis padres a los ocho años de edad y ya se escuchaban tangos ejecutados por tríos y por cuartetos sin bandoneones, aunque algunos introducían la concertina, mucho más chica que el bandoneón y con un sonido diferente. Cursé hasta el sexto grado pero debí dejar para ayudar a mi padre en el negocio de colchonería. Más adelante, fui empleado en una fábrica de tejidos. Por entonces ya estudiaba música.

«“Centenario” me lo estrenó una orquesta donde estaba Pascual Cardarópoli en el piano, fue en el Café Central. La primera agrupación donde actué fue una que se formó por 1909 para presentarse en el Hotel Cabildo, de Sarmiento y Paraná, tampoco había bandoneones en ella.

«Recién introduje el bandoneón cuando ya era popular, fue en 1921, en una orquesta a mi cargo, y allí estaba el Negro De La Cruz, hicimos una larga temporada en el Café Nacional. También contó con nuestra presencia la radio que nacía, fue en Cultura y en Nacional, gratis, no había sueldo.

«En 1910, también publiqué “Auxilio”, pero ese título ya lo tenía registrado Arturo de Bassi, entonces le puse “Nuevo Auxilio”. Era rítmico y como ocurrió con “El esquinazo” de Villoldo en el Café Tarana, tuvieron que prohibirlo porque el público golpeaba con las cucharitas las copas y las rompía. A mí me ocurrió en el Café El Trovador, de Corrientes y Libertad, cuando actuaba una orquesta dirigida por el violinista Olivari. Este tango se grabó y en él suenan pitadas como la de los vigilantes, que fueron hechas con pitos reales.

«Yo vivía justo al lado de un comité y un día, que me lo pongo a escuchar, abrí la ventana por el calor y la gente reunida en el local de al lado empezó a correr pensando en algún incidente, hasta llegó la policía. Finalmente me llevaron a la comisaría pensando que me estaba haciendo el gracioso, hasta que pude demostrar la verdadera causa del lío que se armó.

«Recuerdo otros dos tangos míos con letra de Francisco Bastardi, “Sonaste viejo” y “Tricromía arrabalera”.

«¿Una anécdota? Ya era 1919 y aún al tango lo miraban de reojo. Me piden que toque el piano en una fiesta, era en una casa en la calle Sarmiento entre Riobamba y Junín, el dueño de casa me pide por favor que nada de tangos, entonces largué con valses y otras cosas. No bailaba nadie. Entonces se acercó una señora para pedirme un tango, le expliqué la prohibición y se le fueron todos al humo al dueño de casa. Al fin todos lo bailaron, incluso el de la prohibición que la sabía lunga de cortes y quebradas».

Reportaje a Antonino Cipolla realizado el 20 de febrero de 1935 y editado en el libro La Historia del Tango.