Por una carta

Tango 1938

Por una carta
hoy soy muy desdichada,
perdí mi linda nena
perdí mi dulce hogar.

Por una carta,
sufrí la desventura,
hoy siento la amargura
de aquella vil maldad.

Pero no importa,
a ti mi Dios te pido,
que me llevés contigo
para calmar mi mal.

Y, desde el cielo,
me dejés mirar
a la que tú
bendecirás.

Tan solo hoy
me queda aquel recuerdo:
días felices
que nunca volverá.

Tenía auto
un buen apartamento,
costosas pieles
y alhajas por demás.

Era le envidia
de todas mis amigas
y pretendida
por más de un galán.

En mis paseos
todos me miraban
y comentaban
mi gran felicidad.

Hoy sigo siendo
aquella mujer buena
que clamo por mi nena
con toda mi lealtad.

Mentira fue
yo nunca lo he engañado
lo quise con delirio
con todo mi afán.

Pero me importa
a ti mi Dios te pido
que me llevés contigo
para calmar mi mal.

Y desde el cielo
me dejés mirar
a la que tú
protegerás.