Llanto cartonero

Ves hijo, este pobre cartonero
que yira con su carro en la ciudad,
fue un número en la fábrica cerrada
y nunca resignó su condición.
Por hombre le fue fiel a su conciencia
y mantuvo del obrero la virtud:
ganó siempre su mango con decencia
y libertó el matungo
rompiéndose el riñón.

Soy nomás un cartonero,
junto cosas de cartón,
esa caja de zapatos
el pedazo de retrato
del abuelo con bastón
Se lo dice un cartonero
el cartón que me dejó
en el globo del progreso
vale mucho más que un hueso
de mi cuerpo de cartón.

El guiso es el manjar del cartonero
lo como en un rincón de soledad,
El hambre cuando pega va primero
y así te roba un fardo de ilusión.
Para el pobre no existe la clemencia
solo un gesto que finge compasión.
Por eso en este grito cartonero
le pongo dulce al llanto
y bebo en un cartón.