Confidencias

Tango

Vení, sentate frente a frente
que quiero verte
quiero hablarte como hermano.
Bien sabés que siempre di la mano
para aliviar el alma amiga de sus penas.
Ya ves, no todo es alegría
y por una, las angustias son docenas.
En la loca algarabía de la vida
que muerde noche y día
con hambre de dolor.

Te juro, la quise con locura
y es cruel que la amargura
se ensañe conmigo.
Mil veces le di lo que no es mío
y todo fue bien poco
para atarme a su cariño.
Mi pecho ya no acuna sus desvelos,
mis labios ya no besan sus anhelos,
mi corazón deshecho se desangra...
Decime, hermano mío,
decime qué debo hacer.

Sentí, la furia de venganza
que me empujaba
con su máscara de hombría.
Vos sabés, que siempre, noche y día
al mundo entero le hice frente con coraje.
Hoy no, cobarde y va vencido
dolorido voy siguiendo hasta sus pasos
que se alejan de mi lado taconeando
con ritmo traicionero
con rúbrica de adiós.