Jué un domingo en los Corrales

Poema lunfardo

"Salga el sol, salga la luna,
salga la estreya mayor.
Hablando de tiempos idos
es lindo templar la voz..."

Este asunto se rilata
como desgranandun choclo.
Pido licencia, señores,
pa'cantarlo d'este modo.

La cosa jué por el sur
y aconteció n'el ochenta,
ayá en los Corrales Viejos,
por la caye de la Arena.

Cuando seguían los ecos
de la sangrienta porfía
qu'enfrentó los batayones
del gobierno y la provincia.

Cuando eran nombres de reto
Tejedor y Aveyaneda;
Cuand'un ¡Viva Güenos Aires!
volví'a encender las mechas.

"Salga el sol, salga la luna,
salga la estreya mayor.
No es todo enterrar los muertos
sin enterrar el rencor..."

Bienhaiga el ángel del cielo
que a tal trenzada entre hermanos
le tiró un poncho de olvido
y ordenó servir un trago.

Ese ángel que con las paces
se presentó en las oriyas
y sin sin armas armó el baile
de la vieja pulpería.

Farol de ginebra y labia
entr'el arrabal y el campo,
redondel de payadores,
cancha de taba y de gayos.

Qu'ese domingo lucía
limpita y apisonada,
porque se ib'a dar el juego
de otros gayos y otras tabas.

"Salga el sol, salga la luna,
salga la estreya mayor.
La cita es en La Blanqueada,
naide falte a la riunión...

Los hombres dentraron serios
y cayao el mujerío:
siempre se yeg'a un bailongo
como al cruce del destino.

Tocaron tres musicantes
haciendo punt'al festejo:
con flauta, guitarra y arpa,
un rubio, un pardo y un negro.

Salieron los bailarines
por valse, mazurca y polca;
y entre medio una pareja
salió bailand'otra cosa.

Él era un güen cuchiyero,
pero de genio prudente.
Eya una china pintona,
mejorando lo presente.

Eya se llamaba Flora
y él se apeyidaba Trejo:
Con cortes y con quebradas
lo firmaban en el suelo.

No lo hacían de compadres,
¡Y compadreaban sin güelta!
Al final bailaron solos
pa'contentar a la rueda.

Bailaron una mestura
que no era pa maturrangos,
de habanera con candombe,
de milonga con fandango...

Jué un domingo, en los Corrales
Cuando inventaron el tango.